23 AÑOS DE "EXCELENCIA ACADÉMICA"

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Con un firme modelo educativo constructivista-humanista, el Instituto Universitario Carl Rogers, IUCR, nace en el año de 1994, bajo el nombre de “Centro Universitario de Puebla”, Actualmente "INSTITUTO UNIVERSITARIO CARL ROGERS" con el objetivo de difundir los conocimientos y vivencias de la psicología, psicopedagogia y psicoterapia humanista, creando a su vez programas, proyectos de crecimiento y desarrollo del potencial humano. LÍDER NACIONAL EN PSICOLOGÍA, PSICOPEDAGOGÍA, COMPORTAMIENTO Y DESARROLLO HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES quieres saber más... visita nuestro web site www.unicarlrogers.com.mx

viernes, 24 de marzo de 2017

Los versos del viento

Los versos del viento

Creado por: Gamaliel Antonio Castillo Alonso


Es una mañana de primavera, pero los rayos del sol queman tan fuerte como los de verano en estos días, a veces llueve repentinamente, ya sabes, el cielo y sus travesuras que anuncian la decadencia de estos tiempos. La alarma de ese reloj sobre mi escritorio empieza a anunciar una nueva mañana, trato de levantar el peso de mi cuerpo, pero parece que es más grande la voluntad de quedarse en la cama que la de avanzar. Pero el reloj no se para, las manecillas siguen en su constante carrera por regresar al mismo número doce una y otra vez hasta el final de los tiempos. Después de mis meditaciones sobre el maldito reloj, al fin me atrevo a levantarme de la comodidad de la cama y entrar a la ducha.

Después de todos aquellos preparativos para salir, empiezo a avanzar, salir de la casa hasta llegar a la parada del autobús, una vez en esa esquina de la calle, fue, en ese momento, donde empiezo a imaginar, como el chófer se levantó de su cama a las cuatro de la mañana, se sienta sobre la cama para voltear y observar a su esposa preguntándose a sí mismo “¿Por qué sigo aquí?”. Da un gran suspiro se levanta y se prepara para llegar a la terminal de donde salen todas las unidades de transporte. Luego me veo como la fría y dura llave que entra en ese agujero para poder encender el autobús, las llantas empiezan a girar para ejercer su rutina de avanzar por el mismo camino una y otra vez.

Dentro de mi, en la extrañeza de mis meditaciones, me devuelve al mundo el estorboso ruido que hace el freno del camión al presionar el disco que permite a las ruedas andar en su danza. El autobús ha llegado y abierto su puerta para entrar, camino hasta el fondo del autobús, ya que se encontraba vació, tome asiento junto a la ventana, al sentarme, giro mi cabeza en dirección a la ventanilla, observo el mundo, su movimiento, a través de este vidrio que me separa de lo externo todo parece irreal, las personas caminan, los edificios se mueven, ¡no!... yo me estoy moviendo, es una pantalla al mundo, ese extraño Dasein en el que estoy inmerso y mis actos, meditaciones, pensamientos, sentimientos, discursos, importan tanto como la muerte de una hormiga aplastada a causa de algún distraído que caminaba sin mirar el suelo que pisaba.

Después de algunos giros del autobús, de los kilómetros avanzados, de una próxima y extraña esperanza, al fin llego a mi destino. Pido bajar sobre el boulevard Héroes de Esperanza, camino tres calles, pasando una vez la avenida Santa Fe, ahí esta un parque lleno de arboles de jacaranda, que dejan caer algunas de sus flores como si de un cerezo japonés se tratase, hay una tenue niebla que permite vislumbrar los rayos de luz que sobreviven su choque con los objetos del mundo para llegar a su destino que es descansar en el suelo. Este panorama mágico lleno de arboles, el pasto húmedo por el sereno de la noche, divisiones de metal, algunas bancas y una fuente central con faros de luz para la penumbra de la noche está ubicada en la calle Viento.

Avanzaba por el camino empedrado, hasta llegar a una banca, me siento sobre el frió metal del que esta compuesto, saco un libro de mi mochila, mochila que lleno con mi vida entera para huir de ser necesario, el libro es “Humano demasiado humano” del nihilista Nietzsche. Después hago salir un cigarrillo de su escondite en la pequeña caja que contiene algunos otros 15 cigarros, lo enciendo con delicadeza como si fuera el último, le doy una bocanada, siento el humo invadir mi cuerpo y tras un suspiro sale el humo de mí, es relajante, después de algunos versos sobre la perspectiva del autor sobre el desarrollo de las ciencias y su dialéctica con la filosofía… cierro el libro, lo ojos arden, reviso mi celular, ella no ha llegado, ya han pasaso 30 minutos de la hora acordada, ya está tardando, conecto mis auriculares, reproduzco “daydreaming” de Radiohead, empiezo a contemplar la belleza de este lugar dentro de un mundo tan lleno de problemas, un jardín en medio de una selva de acero, cemento y motivaciones, que mueven a las personas a realizar desde los actos mas bondadosos, hasta los mas atroces contra sus semejantes. Siento el viento pegar contra mi piel, algunas gotas de sudor frío secándose… de repente... las memorias me vuelven a atacar... recuerdo, cuando… se fue… ella que hoy voy a ver.

Dreamers, they never learn…

Ese día no era tan diferente, el mismo parque, el mismo lugar, el parque de la calle Viento, una mañana igual. Estábamos sentados en la misma banca en la cual estoy sentado actualmente, mientras sujetaba su mano, viéndola a los ojos poniendo toda la atención que tengo a las palabras que me decía, escuchaba de su vida, sus victorias así como de sus derrotas, los caídos, los que sobrevivieron, de repente solo me abalanzo a sus labios, rozándolos tiernamente con los míos buscando la manera de acariciar las heridas de su corazón con este acto. Pero momentáneamente solo siento sus manos apartándome de ella.

- Oye ¿Qué pasa, todo está bien?, digo si te molesta algo de lo que digo podría ya no contarte de estas cosas, la verdad solo te las cuento porque siento que puedo confiar en ti.

- No te preocupes todo está bien (la cosa era, que.. yo... no sé cómo decir todo esto que está en mi cabeza, como decirle que la quiero aliviar de su pasado, quiero decirle que construyamos un nuevo presente, destruyendo las cadenas de nuestro pasado.)

- ¡Ya enserio Gabriel! dime que te pasa, sé que cuando tienes esa mirada piensas en algo.

- Es que me dices estas cosas, pero no sé cómo ayudarte, me siento algo impotente, quisiera darte algo más a ti, ere muy importante para mi Regina.

- Creo que no te debería contar más sobre estas cosas

- ¿Por qué?

- Solo te las cuento y solo te pido que me escuches, mira, no sé cómo funcionan las cosas, ni se cómo funciono yo, y es por esto, que… voy a irme de viaje.

- ¿A dónde vamos esta vez?

- No vamos, me voy, no será por mucho tiempo, quiero conocer más cosas, nuevas personas, nuevos lugares, sentirme viva.

- (¿Cómo responder a eso?)… Está bien, si es lo que necesitas, te apoyare en lo que quieras.

- No te preocupes ya tengo todo planeado, te llamare cuando regrese, no creo que pase más de una semana.

…The damage is done. This goes. Beyond me…

Ya ha pasado un año de esa conversación en este parque de la calle viento. La gente camina hacia sus destinos con la total indiferencia de un extraño esperanzado de ver a su amor una vez más.

45 minutos más tarde, 4 cigarrillos y repetir la misma canción varias veces, llega ella subiendo el mismo camino empedrado que toda persona que quiera descansar en este santuario tiene que atravesar. Se acerca a mí con tal docilidad y elegancia que tanto me ha enamorado, me ve, al fin puedo verla diciéndome las palabras que más esperaba. 

–Hola, al fin estoy aquí.

Se sentó a mi lado, me platicó de cómo llegó a un estado más grande lleno de árboles y edificios, el departamento en el que se alojó, ahí volvió a ver a un amigo suyo, que los años sin verse no hicieron pudrirse su vínculo, hospedándose así en su departamento, donde conoció a Lourdes, con quien compartía el departamento para pagar la renta. Los tres visitaron varios museos, tomaron alcohol en distintos bares, bailaron hasta que cada gota de su alma en busca de consuelo se derramara como sudor en su piel. Fue así hasta ya pasado unos 8 meses, sus vínculos se reforzaron tanto que nadie sabía quién amaba a quien. Tres almas desgastadas en la misma habitación, una habitación donde se reunieron para conseguir algo de consuelo y lo confundieron con amor, dejándose llevar por la satisfacción del placer que las sensaciones de sus cuerpos transmitían mutuamente. Los tres intentaban curar sus heridas con caricias, besos, desnudez, orgasmos y placer. El suficiente placer para olvidar porque estaban ahí.

Una mañana ella despertó y vio la vida rutinaria que llevaba en ese lugar, volvió al mismo lugar del cual quería huir, pero en otro lugar, con otras personas, con nuevos amantes. Nunca emigró solo le cambio el caparazón a la estructura de su vida, aunque trató de vivirlo más tiempo para ver si algo era distinto. Pero solo le ayudo a abrir las heridas de su pasado. Hasta desangrarse literalmente por las venas de sus brazos. Después de algunas semanas en un hospital decidió regresar.

-Al inicio era divertido, hacía tiempo que no me divertía así, (dijo eso con voz melancólica) pero, después era insoportable, lo mismo todos los días.

-Y… ¿si hacemos algo diferente?

-¿Cómo qué?

-Solo sígueme.

Tomamos un autobús en dirección a un museo que se ubica en lo más alto de un cerro, jugamos con las diapositivas, imitábamos las poses de las estatuas, éramos como niños jugando en un lugar diseñado para adultos. Después fuimos a comer, pero algo andaba mal, no sé cómo explicarlo. No lo comprendía hasta que se acercaba el atardecer. Caminamos de regreso hacia el parque de la calle Viento, sin decirnos nada, solo caminar… en ese silencio que decía algo más… la tristeza que se avecinaba.

…Where the sun comes through. We are. Just happy to serve. Just happy to serve … you.

Una vez que llegamos al parque de la calle Viento, se rió un poco de la nada como si una memoria pasada le contara un chiste que no entendió en su momento. Ella alza la mirada, me ve a los ojos con esa mirada de serenidad que tranquiliza mi nerviosismo.

- ¿Me amas? (dice ella con tono de preocupación)

Yo estaba sentado junto a ella viendo la caída del sol saludando la entrada de su amor la luna. Y fue cuando ella me declaró la verdad que no sabía en qué momento evocar.

- Ya no te amo.

-(Con gran sorpresa la miro; respiro; sonrió y con gran esfuerzo preguntó) ¿Por qué dices eso amor?

-(Con un alivio en su mirada como si se hubiera quitado un peso de encima me empieza a contestar) ya han pasados 12 años desde que te conozco, y cambiamos tanto, el proyecto de nosotros cambio, tu como proyecto y yo como el mío, es difícil pero no te puedo ver igual. Cambiaste a algo que se distancia de mi cada vez más. Ahora entiendo al sol y la luna.
-¿Porque? (Yo preguntando con la voz cortada, pero en ese momento no sabia que preguntar)

- Porque ellos estaban unidos en una pequeña masa con todo lo demás hasta que apareció la chispa del señor y todo cambio, así ellos aunque tuvieron un proyecto igual… al inicio… ahora cambiaron y hacen cosas distintas girando en esta realidad tan relativa.

Después de esto Regina me dio un beso en la mejilla y se fue iluminada por la luz de la luna que la protegía de la oscuridad que la rodeaba. Yo... mientras, me pregunto, si los rayos del sol que alimentan toda la vida son en realidad las lágrimas de extrañar a la luna por estar tan lejos su amor.

Tal vez regresar a casa no sea buena idea.

Otro amanecer vendrá, otro día que la volveré a esperar.

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