23 AÑOS DE "EXCELENCIA ACADÉMICA"

23 AÑOS DE "EXCELENCIA ACADÉMICA"
Con un firme modelo educativo constructivista-humanista, el Instituto Universitario Carl Rogers, IUCR, nace en el año de 1994, bajo el nombre de “Centro Universitario de Puebla”, Actualmente "INSTITUTO UNIVERSITARIO CARL ROGERS" con el objetivo de difundir los conocimientos y vivencias de la psicología, psicopedagogia y psicoterapia humanista, creando a su vez programas, proyectos de crecimiento y desarrollo del potencial humano. LÍDER NACIONAL EN PSICOLOGÍA, PSICOPEDAGOGÍA, COMPORTAMIENTO Y DESARROLLO HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES quieres saber más... visita nuestro web site www.unicarlrogers.com.mx

viernes, 31 de marzo de 2017

Carrusel

Carrusel

Creado por: Juan Eduardo Rivera Salvador

Por aquellos tiempos yo sólo pintaba soledades. No es mentira que había ya altercado contra mi desde hace tiempo, contra los retazos de tela fuera de su marco, había embestido contra los pinceles, los presionaba fuerte, tanto que el caballete lo resentía. “Las manos son lo más difícil de pintar”, eran las palabras de un compañero de hace ya tantos años que por algún momento sonaban en la memoria junto con las bancas y las palomas y con ese pincel que se coronaba de un carmesí que quería imitar los labios de una chica sentada del otro lado de la fuente. Una obra anónima de una mujer dispersada en el rocío, pero no era ese relato el que sonaba ya en este pincel. Por aquél momento me dedicaba a buscar, los estudiados, o que decían que habían estudiado por el hecho de abrir unos cuantos cuadernos y buscar biografías de aquellos que ya sólo podemos ver colgados en algunas cuantas galerías, decían que el artista-siente-obra, el artista-siente-arte. Me sentía naturalmente incapaz de decir qué era lo que sentía, si no había sentir en mis manos, si la corna carmesí, junto con tantos otros colores-sentimiento habían desaparecido ya desde hace un tiempo, ¿qué podría hacer yo, qué se siente a través de la pintura de un artista que no se sabe sentir?

La cosa era complicada, tenía que seguir mi búsqueda, someterla a unos cuantos estratos de lo que se decía que el arte era. Salía a los balcones de un café de la calle Galindo, me sentaba en los parques algunas tardes, nunca en la misma banca, eso sí, uno tiende a agotar las vistas, a vaciar lo que pasa dentro de una banca, el asiento, las sensaciones se vuelven familiares, se atizban los ojos de vacío y es cuando se sabe que ya no se puede sacar nada de ese lugar. Por otra parte estaba el atender a algunos trabajos que salían de repente, el pintar a la hija de la casera que estaba a punto de comprometerse con algún señor que prometía un respetable estatus, una casa llena de adornos con su propia jardinera y una numerosa familia con chiquillos sanos que correrían de un lado al otro y de manera casi mágica llenarían las expectativas que la casera siempre tuvo al llamarla abuela. Los retratos en continuación de familias que se guardaban en la sala común, apoyadas en modelos, historias, enfermedades que había sufrdio alguno y luego volver a retratar a la familia sin el fantasma, de anécdotas con moraleja que los padres plácidamente terminaban con la frase “tienes que ser como él” y placidamente y sin saberlo condenaban a los que venían a vivir una historia que no deseaban, un camino que ellos no sabían construir, y ahí estaba el perro de la familia, como una especie de adorno necesario para dar la ilusión de una unión, de un momento al otro el pobre animal cargaba con toda la figura, los valores y los preceptos que debían-de-seguirse y uno no podía hacer nada contra ello, si no estaba el perro estaba el gran
sillón que sostenía a la matriarca familiar o al gran señor de hogar o aquél florero que pretendía estar vivo, a veces aún más que las flores mismas que reposaban en él y aún más fluído que el agua que se presentaba con sutil esperanza y ni el pobre perro ni el gran sillón o el adornado florero sabían que de un momento al otro toda la imagen dependía de ellos. Era que la sirvienta o a veces, y eso hablaba mucho de ella, la madre de la familia ofrecía un vaso de agua o una copa de vino, daban una pequeña parte de la familia como ofrenda creyendo o intuyendo en una amabilidad:

-“¿Gusta usted una copa de vino? Tenemos una buena reserva, mi esposo es un amante del buen beber, verá que será de su agrado”

Y con un retazo generoso a un lado mío encontraba una pequeña copa que por momentos recordaba esa sensación de familiaridad, veía venir todos esos recuerdos, las tardes que se hacían noches platicando con la familia, los libros que recomendaba el tío que había ido de viaje a otras ciudades y que creía haberlo visto todo en otras naciones, el perro que me olfateaba como en busca de un regalo nostálgico o una caricia que creía perpetua, las notas que mi hermana interpretaba en el violín para un recital que nunca habría de llegar, aquél piano viejo en el que solía aprender, las épocas en las que era un niño que decía cosas solemenes de adultos y que los solemnes adultos pasaban de largo, las risas por una travesura cometida a algún incauto primo o vecino, ¡los ratos dando vueltas y esparciendo imaginarias aventuras en los que me convertía en un brillante detective o en un valiente capitán de armada! Y luego el anochecer y la dedicación a la pintura y los viajantes amorosos padres que no volvieron más y luego la enfermedad de mi hermana... Y luego todo esto demás que me impide tomar plácidamente una copa de vino que alguna ama de casa ha dicho que es bueno y ha ofrecido como una cura solemne a la solitud. No.

- “¡Ha quedado maravilloso”

De un momento al otro ya todo estaba terminado, la pintura con el gran señor del sillón y la plácida ama de casa con una sonrisa itermitente y los niños con sus trajecitos formales que se ponían de pintura en pintura y sólo cambiaban de color y aquél fondo grisaseo que habían de escoger y que tal vez reflejaba mejor todo eso que pasaba que la familia en sí.

Luego era despedirse de la familia. Caminar por las calles nocturnas al leve sonido de las pisadas con eco, los faroles que adornaban una vía por las que ya algunas veces había pasado, ver a los ya familiares gatos callejeros escapando entre la oscuridad y contándose cosas que nunca he de adivinar. Cerca de donde vivía era cuando comenzaba a pensar en mi búsqueda, ¿qué habrá de ser eso que merezca ser pintado? ¿Qué habrá de ser lo que despierte en mí aquél secreto del que ya me olvidé hace tanto y que me fue arrebatado? No sabía qué preguntarme ya, qué habría de vivir y si conseguía hacerlo para entonces, el humo del cigarrillo no decía otra cosa sutil más que disiparse y alguna vez traté de pintar esa tibia fachada de una boca y un humo y una esperanza desvanecida. Llegué por fin, la cosa era sacar la llave y dar una leve vuelta, tomar un gran respiro como para prepararme a lo que venía, una cama destendida perpetuamente, unos cuantos caballetes viejos arrumbados en la esquina, unos pinceles rotos por aquí y por allá, platos sucios, ropa tirada y poner el abrigo en el perchero y luego estaba la ventana por la que tantas noches solía asomarme como si tratase de algún paisaje roído lleno de ventanas que se apagaban lentamente y sacar otro cigarrillo para pincelear con el humo y tratar de cambiar una escaparate que ya no significaba tanto para el autor y tal vez ni para el mismo paisaje. Después de todas las nimietudes y los deseos que se lleva el humo era pasar a la cama y esperar a que las imégenes en la cabeza se callaran, cerrar los ojos, darse una vuelta y todo se volvía un mar.

En la mañana todo era de nuevo aquel fútil rito de la molestia del Sol, levantarse como tratándose de alguna especie de obligación, mirarse a un espejo que decía que se llamaba como yo, lavarse la cara, comer algo porque el cuerpo lo pedía, lavar el plato, eligir una camisa como la decisión más sabia del día, los patalones, los zapatos, el abrigo y aquél viejo sombrero que había visto pasar tantas personas del lugar donde alguna vez estuvo mi vida. Era sencillo cuando tenía mi búsqueda de aquello que alguna vez debía de pintar, se trataba sólo de tomar unas hojas y el lápiz desgastado que siempre ponía en la mesita junto a la cama... Pero esta vez no, me había decidido en un concilio de sueños, el jurado morféico tomó una decisión irrevocable, ya no había nada que debería de ser pintado, la búsqueda me había agotado, quizás por mi edad, quizás por no haber tenido la suficiente valía de salir más allá de lo que me permitía, pero era seguro, me iba a dejar el lápiz.

Ese día decidí ir a aquél gran parque al que fui por vez primera, en busca de tal vez un recuerdo impermeable que por alguna suerte y quizás habría de sobrevivir, una última esperanza, una última caminata para ya dejarme en paz. Comencé a seguir la vía de piedritas que se esparcía en el suelo, la sensación me recordaba a todos mis grandes logro-fracaso, en los que sentía seguridad por algún momento dado, aquél día que fui al ballet y vi a una hermosa dama en el centro, vi su baile, vi sus emociones, la forma en la que se movía como un recuerdo de todo aquello que yo no podía al canzar nunca y aquella frustración de delinear sus manos, sus piernas, la expresión incognoscible de su rostro y darme cuenta que, más que no poder alcanzarla, era que tampoco había nada que sentir y mi siguiente momento hóstil de abandonar el teatro. El día de la ópera en que me embarque en la imperdible tarea de pincelear una voz que se corrompía entre los aplausos y los cuchicheos, y que quería decirle a aquella mujer que no era su voz, que era melodiosa, que era perfecta, pero que todo lo demás la corrompía y es que a veces nos hemos de dar cuenta que puede haber algo hermoso por sí mismo en el aire, pero que el entorno lo puede ensuciar, la hermosa flor se pudre si hay tierra podrira y debe luchar por sobrevivir pero esa, en aquella ocasión, no era dependiente de mi voluntad.

Caminaba con todo esto, era condena o así era mi percepción, estaba meditabundo, en un estaod casi anímico cuando un sonido, como de miles de voces provenientes de algún mundo subalterno al mío me sacudió. Se trataba de ese sonido carnavalezco, de esa caja musical tan familiar que me atrapaba en mitad de un camino y me di cuenta en ese instante, que uno no escoge el momento en que se quedará a mitad de un camino cuando la vida decide sacudir hasta el más mínimo rincón de la mente. Corrí hacia el sonido, moví los matorrales, trataba de mirar hacia abajo hasta que el sonido lo valiera tanto como para alzar la vista y sentía como el corazón se aceleraba con cada decibel y me prometía algo que había dejado en un olvido distante y rogaba a todo lo que hubiera de ser rogado que no me topase con una amarga decepción... Hasta que alcé la vista... No podría, aún si conociera todo alfabeto inventado y cada articulación de mi lengua u otra, el describirlo... Era inmenso, tenía luces por todas partes, una carpa metálica que simulaba todos los tiempos, animales que se movían constatados por una vara gruesa de la cual habría que agarrarse, una voz de caja musical que me conmovía hasta lo más profundo de mis días... Estaba ahí, en medio de una vista hermosa de dos árboles. Pude verme en cada centímetro, en cada vuelta ¡Era esto, era esto! El gran movimiento quieto que anhelaba el alma, pude verme, lo juro y no sólo a mí. Entre los movimientos de los animales metálicos, entre todo ese vaivén me parecía ver detrás, todas las siluetas de todas las vivencia en las que me había abandonado, pude ver a una mujer que de la nada se conviritió en todas y cada una de ellas, de las hermosas damas que habían pasado por mi vida, vi en sus labios todos los labios que había besado alguna vez y todas la manos que había tocado. Vi todos mis bailes, la alegría jovial que había desvanecido el tiempo, vi siluetas de momentos que perdí, sombras que dejé de arrimar a mi sombra, padres que pude haber sido, esposos que pude ser, niño que fui ¡Lo vi todo y qué alegría! Corrí a buscarme en el abrigo...

¿Y el lápiz? ¡El lápiz! Era cierto... me he dejado el lápiz y el papel... Por fin algo que habría de ser pintado, por fin algo que habría de sentir y no me podía dar el lujo de emprender una búsqueda o dibujar en el suelo, no podía darme el lujo de escapar, no de ahí, no esta vez... Porque sabía, muy dentro de mí... Que si quitaba la vista y volvía, aquél paisaje de la vida no sería más que un simple carrusel.

Y tantas cosas dan vuelta como un carrusel.

Constructos sociales de la sexualidad.

“Sé lo que realmente quieres ser física y mentalmente, sin vivir en un cuerpo que no te pertenece”
Ser hombre o ser mujer no depende del sexo biológico, son simples constructos sociales

Sánchez Jiménez Martha Patricia
Instituto Universitario Carl Rogers
Licenciatura en Psicología

Resumen
La sexualidad es de gran importancia, puesto que somos seres sexuados, y esto va dando como resultado una vida satisfactoria en la cual se toman decisiones acerca de cómo queremos ser, en el ámbito personal, tanto física y emocionalmente.

El objetivo de esta investigación es saber y conocer, que desde que comienza a gestarse el feto en el seno materno una serie de factores biológicos, van modificándose hasta que se obtiene como resultado un varón o una mujer, sin embargo el ser hombre o ser mujer, es una cuestión meramente de tipo sexual, es decir, lo que los va a diferenciar es sus genitales, pero ¿Qué pasa con su forma de ser, actuar y comportarse con los demás? ¿Acaso los hombres deben ser rudos, fuertes, valientes, no deben llorar? ¿Acaso las mujeres deben saber cocinar, son débiles, sensibles y solo pueden realizar pocas cosas? Muchas de estas ideologías son pensadas repetitivamente por la sociedad sin saber qué es lo que sucede en la mente de cada uno de estos  individuos que día a día nacen diferenciándose como hombre y mujer por sus genitales y no por lo que en verdad les hubiera gustado ser, es entonces en donde el sujeto no se siente perteneciente a su cuerpo biológico, puesto que su pensamiento es del género contrario, es decir en términos un tanto obsoletos respecto al nombre, existe una disforia, es decir un desagrado y rechazo a su cuerpo, entonces nadie decide que sexo elegir, sin embargo conforme el  individuo va creciendo, se va involucrando con una serie de factores  psicosociales que lo determinan y obligan  a realizar ciertas actividades que son exclusivas de su género.

En esta investigación se tomaron en cuenta participantes con una edad entre los 18 y 22 años, que asisten a lugares de ambiente, es decir, a bares gays, que tuvieran un concepto de la sexualidad diferente a los estereotipos ya establecidos.

Sin embargo se demuestra mediante la investigación realizada que los factores psicosociales van más allá de los acontecimientos biológicos, es decir, ejercen una mayor influencia el constructo social y personal que día a día va formando la persona respecto a lo que decidirá sobre su sexualidad , así como el Género y rol que asumirá.

Palabras clave: Factor psicosocial, disforia de género, reasignación de género, género, sexo y primera infancia.

Introducción

Conforme el ser humano evoluciona, todo a su vez lo va haciendo, diversos cambios han ocurrido debido a crecientes y significativos sucesos en su vida, uno de los cambios que ha causado más polémica ha sido en la sexualidad, años atrás en la prehistoria la sexualidad beneficiaba únicamente a la reproducción sexual, no se expresaba el placer ni el goce por parte de ambos sujetos que ejercían actos sexuales, y con el paso del tiempo ocupó sitio en las creencias religiosas de tal modo que la sociedad comenzó a reprimirla, viéndola desde una perspectiva sucia e incómoda y aún más cuando los chicos comenzaban a vestir “afeminados” y las chicas practicaban deportes “rudos”, es entonces cuando eran mal vistos por la sociedad y como personas “enfermas, trastornadas y raras”.

La importancia de este tema abordado, disforia de género ,es para conocer cómo va incluyéndose el factor psicosocial dentro de la vida de un sujeto que va experimentando a través de sus etapas, llevándolo  a tomar la decisión de cambiar su sexo, para sentirse aceptado y pleno en sociedad así como consigo mismo, tomando en cuenta que la imagen corporal  ha ido evolucionando a  principios del siglo XX,  formando  un auto concepto que ayudará al individuo a relacionarse con el mundo, favoreciendo a su crecimiento, dado que si no se acepta en todos los aspectos, es decir, físicos, y emocionales, existirá la facilidad de que pueda generar ciertos conflictos.

¿Es entonces una elección o simplemente que el sujeto experimenta diversos sentimientos hacia su cuerpo  que no lo hace sentir a gusto y decide hacer algo al respecto para poderse sentir de cierto modo conectado con su pensar y ser físicamente?

El objetivo general de la  investigación es analizar los factores psicosociales vividos en la primera infancia del individuo, que posteriormente le generan  una emoción desagradable respecto a su cuerpo biológico y en el cómo piensa.

Los objetivos específicos son diferenciar los términos de género y sexo, así como estos a su vez tienen un constructo cognitivo y social.

La importancia de este estudio es debido a un interés sobre la sexualidad humana ya que a lo largo de la historia ha ido evolucionando en su forma de ser, actuar, pensar y sentir, tomemos en cuenta que en los años 70´S comenzó la liberación sexual, es decir, los hombres vestían más atractivos e incluso realizaban actividades que estructuraran mejor su cuerpo, las mujeres se sentían menos reprimidas, las ropas que usaban eran más entalladas, el ser humano desde que nace es meramente sexual, conforme va viviendo la vida y aprendiendo de ella, toma la decisión de hacer lo que quiera con ella, sin embargo se  busca solución a historias falaces acerca del origen de la disforia de género.
El motivo del realizar esta investigación es por el hecho de que en la actualidad existen diferentes preferencias en tanto lo que nos gusta como personas, y muchas veces no sabemos que es lo que nos lleva a sentir eso.

Es importante destacar que existen diferentes pensamientos acerca de temas que intentan explicar la sexualidad y su variedad de atracciones sentimentales y físicas que cada sujeto expresa en su  vida.

Las hipótesis planteadas son las siguientes:

  • Las conductas de rol de género son aprendidas principalmente por el primer cuidador del niño en una edad temprana
  • Los factores sociales van jugando un papel importante a lo largo de la vida y son los principales  para que el sujeto decida realizarse una reasignación de sexo.
  • Los factores psicosociales tienen mayor influencia en el desarrollo del sujeto que los factores biológicos
  • La reasignación de sexo es una decisión que lleva al sujeto a ser quién realmente quiere ser
  • Factores como: violaciones, maltrato infantil o falta de atención familiar dan como resultado que el sujeto cuando sea adulto su comportamiento sexual sea diferente

Desarrollo

Según  Zarate (2013):

Cuando nacemos, se nos asigna un sexo de acuerdo con nuestros órganos sexuales pélvicos externos, dependiendo de si el doctor ve que hay vulva o pene, afirma que un bebé es niña o niño. Por otro lado está la identidad de género, que se refiere a la identificación psicológica que va desarrollando el niño con uno u otro sexo, es decir, el sentir psicológico de ser hombre o mujer. Comúnmente, los niños saben que son niños porque así se les enseña. Después, al formarse la identidad de género (a los doce meses de edad), no sólo sabe que es niño o niña, sino que se siente y vive como tal (p. 134).

A medida que el sujeto va creciendo, se da cuenta por quién se siente atraído en realidad. Tal vez en un comienzo encuentra que estas experiencias son placenteras, perturbadoras o una combinación de ambas.

En la actualidad hombres y mujeres reclaman los mismos derechos, las mismas obligaciones, ya no es meramente una cuestión de sexo, que si es hombre no puede hacer de cocinar puesto que se volverá afeminado, que si es mujer y le gustan los carros será un marimacho, muchos de estos comentarios se pueden escuchar ya que el constructo social nos limita a poder decidir acerca de lo que en verdad queremos realizar, el género y el sexo son diferentes, aunque se crea que son totalmente iguales, por ello Pascual (2015) opina que:

Hay personas con una incoherencia entre su sexo biológico y la percepción de su género , que puede ser opuesto al que se les otorgó al nacer, las diferencias entre estas dos condiciones sexo y género, proporcionan subdivisiones como transexualismo, heterosexualidad y asexualidad (p. 87).

Es decir las diferentes subdivisiones mencionadas son como un  múltiple catálogo de lo que la sociedad exige ser, de modo que si no se identifican en esos ramos existirán otros, de modo que sea una forma determinada de comportarse.

Mucho se Habla de las diferentes preferencias sexuales, en este caso Butler (2009) explica que: “las llamadas vidas precarias, así se les identifica, a las personas con diferente preferencia sexual, quedando estas expuestas al rechazo físico, emocional y psíquico, y en otros casos hasta la muerte” (p. 45). No obstante aún no se tiene la conciencia de la sociedad acerca de lo que la persona siente puesto que no tiene caso, las familias o amigos cercanos les huyen y prefieren entrar al juego de aparentar.

Factores como los estereotipos de la crianza, la asignación de nombres, papeles en juegos infantiles, colores en las vestimentas, tipo de educación escolar e interacción con los adultos y compañeros de infancia, determinan que nos identifiquemos dentro de un género en particular. Los mecanismos del tipo imitación y empatía, en los que participan las neuronas en espejo, que remedan y graban la información de conductas, ademanes, estilos de marcha y locución, nos muestran cómo el niño varón imita al padre y la niña, a la madre.

El término disforia, de origen griego (dysphoros), se caracteriza generalmente por una emoción desagradable o molesta, anteriormente se llamaba trastorno de identidad sexual, cuando se habla de un trastorno se hace mención a una alteración en el funcionamiento de un organismo o de una parte de este, ya sea en la psique o en la mentalidad de un individuo.

Entonces la disforia de género es una discordancia que siente un individuo entre su sexo biológico, con el cual no se siente identificado, ni propio, ni en su identidad de género.

Fernández (2014) menciona que:

Los signos más evidentes con la identificación del otro sexo aparecen más tarde y de manera más gradual con un cuadro clínico en las primeras etapas  ó en las etapas intermedias de la vida adulta frecuentemente después de ó algunas veces junto al fetichismo travestista (p. 29).

Este autor menciona que podría existir cierto rechazo tanto al físico como a la manera de vestir y emocional, no en todos los casos existe este tipo de fetiche sexual.

Se ha escuchado cientos de veces en los medios publicitarios acerca del género, roles de género etc., sin embargo entre el género y el sexo existen diferencias muy obvias que pueden no llegar a percatarse, puesto que se cree sexo y género es lo mismo solo que con un nombre más técnico, sin embargo no es exactamente de esa manera.

El término género se introdujo en la ciencia después de que hubiera aparecido un conjunto de investigaciones y reflexiones sobre la condición social de las mujeres.

De Beauvoir (1949) expone que:

El género es una imagen de cómo se deben ver y ser las personas, la mujer no nace, sino que se hace, se hace conforme el proceso de socialización. Es importante reconstruir aspectos que parecen naturales en los seres humanos y analizar el componente de género, que interviene en su elaboración, pues hay una gran red de creencias, actitudes, sentimientos, conductas que se hacen visibles en actividades  humanas que diferencian y categorizan de modo distinto al hombre y la mujer y se perpetúan mediante un proceso de reproducción social (p.76).

Es decir no solo el rol que  cada sexo debe tener, si se remarcara la palabra debe, muestra una cantidad de grandes obligaciones más que decisiones, por ello es que al realizar lo que se debe hacer ya no es por “el qué dirán”, sino por la misma cantidad de creencias que se le va atribuyendo al individuo de lo que es “normal” y “natural”.

Una visión relativamente cotidiana y sexista que expresa imágenes más estereotipadas de las relaciones de género defendería cuestiones como las que se exponen a continuación:

  • Únicamente lo que tiene que ver con hombres sería masculino. Solo se pueden considerar hombres a aquellos que tienen  genitales masculinos, su construcción y espacio en donde actúan se hace en el ámbito público, por naturaleza se piensa que cuando los hombres actúan lo que les domina es la mente, sus valores son de poder, son fuertes por naturaleza.

  • Por tanto las mujeres, tienen que ver con todo lo femenino, su ámbito es meramente el doméstico, sus impulsos los dominan las emociones, su manera de responder es pasiva, son débiles.
En los últimos años se corrobora, por una gran cantidad de estudios de género que el sexo y el género tienen una gran relación y se retroalimentan continuamente.

Gastó (2006) señala que: “en vez de considerar el sexo como algo determinado biológicamente y el género como algo que se aprende culturalmente se deben considerar ambos fenómenos productos que se configuran según una compleja interacción” (p. 25). De esta manera el autor explica que ambos son una combinación importante puesto que el individuo también se desarrollará dependiendo de las relaciones con las que interactué, para así tomar una decisión.

Por otro lado García (2005) menciona que:

Podemos entender al género como el lugar en que se articulan, la estructura social y las percepciones junto con los comportamientos, con las personas, como una forma de funcionamiento, como un proceso de interacción entre niveles, micro y macro social, por ello como un posible lugar de cambio y resistencias (p. 32).

El género abarca una gran cantidad de estructuras sociales, es decir, todo lo que se aprende conforme se va desarrollando el individuo, tendrá influencias de todo tipo, de un modo individual o ya sean en conjunto con los otros miembros con los que llegue a relacionarse, aquí podrá cambiar su modo de pensar, su ideología,  y su manera de vestir por ejemplo, independientemente de cómo le hayan enseñado en casa.

Como ya mencionamos anteriormente el género, es una serie enorme de constructos sociales que llevan a actuar de determinadas formas, muchas veces sin importar lo que se haya atribuido cuando se era pequeño, sin embargo en la primera infancia de la persona, aun se marcan definidamente los roles que cada sexo, es decir, hombre y mujer deberán realizar.

Money (1972) señala que: “evidentemente el establecimiento del núcleo de la identidad de género es un proceso de aprendizaje, ya que tiene lugar mediante la interacción social” (p. 76). Como anteriormente se explica varios autores mencionan que el género es cuestión de aprendizaje social, en donde el individuo al relacionarse con diferentes personas y con diferentes maneras de pensar, va adquiriendo nuevos constructos cognitivos.

Este autor también propone la relación sexo- género a partir de la secuencia del desarrollo, sostiene que la forma en que se relacionan lo innato y lo adquirido así como lo biológico y lo sociocultural generan personas heterosexuales, u homosexuales, mediante un proceso de diferenciación.

Vargas (2002) explica:

La socialización genérica como el pertenecer a una categoría social basada en el sexo que busca construir sujetos femeninos y sujetos masculinos es una situación compleja que hace referencia a una gran cantidad  de aspectos. Para simplificar esa realidad se ha recurrido a estereotipos sociales que categorizan a las personas según el sexo, la edad y el estatus (p. 2).

Es decir, al construir un sujeto con cierto sexo ya sea hombre o mujer, desde muy pequeño, mediante constructos sociales y cognitivos es benéfico para el ámbito social, puesto que de este modo se puede notar que el pertenecer a una categoría favorece al mercado de consumidores por ejemplo.

Los estereotipos genéricos definen los roles que son los papeles que cada quien juega dentro de una sociedad.

Los roles sexuales definen comportamientos, habilidades, capacidades maneras de pensar, se crean normal, reglas, prescripciones (tareas), sistema de valores  e ideologías.

Los conceptos sociales de masculinidad y feminidad que se construyen a partir de ellos son creencias generalizadas que comparten la mayoría de las personas, que conforman una sociedad.

Vargas (2002)  menciona que:
Desde  la infancia vamos adquiriendo los estereotipos sociales basados en el sexo a partir de las imágenes de relaciones entre el padre y la madre dentro del hogar, pero también de todos los otros espacios donde participamos tales como la escuela, los grupos de amigos y amigas, la universidad las religiones y el  trabajo (p. 4).

            La importancia de las imágenes de la madre y el padre son fundamentales para el desarrollo inicial en los primeros años de vida del pequeño, puesto que es el primer contacto social del individuo.

La división por géneros basada en la anatomía de las personas, supone formas determinadas, consideradas frecuentemente como complementarias y excluyentes, de sentir, de actuar, de ser. Sin embargo esto varía de acuerdo a la cultura, la clase social, el grupo étnico y la edad.

El papel genérico estereotipado es un conjunto de expectativas que el grupo social arroja sobre la vida y futuro de una persona según Chávez (citado en Barrios Martínez, y García Ramos, 2008, p. 13). Es decir la sociedad nos pide comportarnos dependiendo de las reglas y roles ya establecidos sin tomar en cuenta si esta quiere o no, por ello es que surgen sentimientos de culpa, hostilidad y depresión.

Como ya se ha mencionado el sujeto desde que nace, puedo ser identificado por observar su sexo  biológico de acuerdo a sus genitales, sin embargo en este momento no tiene conocimiento de su desarrollo sexual, es entonces que de acuerdo a las normas y reglas establecidas debe de comportarse y sentir como lo estereotipa su sexo.

Butler (1997) menciona que el género:

No debe interpretarse como una identidad estable o un lugar donde se asiente la capacidad de acción y de donde resulten diversos actos, sino más bien como una identidad débilmente constituida en el tiempo, instituida en un espacio exterior mediante una repetición estilizada de actos (p. 10).

Sin embargo la mayoría de las veces se piensa que el género ya está establecido junto con el sexo, y debe seguir pautas de comportamiento de acuerdo a si se es hombre o mujer, y si las preferencias sexuales cambian existirá un rechazo por parte de la sociedad, por ello es que los sujetos que no se sienten pertenecientes al cuerpo en donde crecen continuamente, deciden iniciar un proceso de reasignación de sexo.

Según Erickson (2005): “el modo psicosocial del niño comprende la asimilación de los patrones somáticos, mentales y sociales por el sistema sensorio motor, oral y respiratorio, mediante los cuales el niño aprende a recibir y a aceptar lo que le es dado para conseguir ser donante” (p. 53). Es decir entonces la definición del concepto psicosocial es el conjunto de patrones y acciones que el ser humano desde pequeño va aprendiendo mediante el sistema sensoriomotor, adoptando este tipo de aprendizajes  que pueden llegar a cambiar en la vida adulta por la influencia de los demás grupos en los cuales se integre.
El concepto de desarrollo psicosocial se refiere esencialmente a la interacción que tiene  la persona con su entorno, dando como resultado cambios fundamentales en su personalidad.

Estos  cambios en la personalidad del individuo a  su vez dependen de lo que Erikson llama etapas o puntos de viraje (cambios cualitativos).  

Cada etapa  que menciona está marcada por ciertas crisis o una  especial susceptibilidad de la persona a algo. Todos los seres humanos pasan por estas crisis debido a su desarrollo psicosocial.

Una crisis está influida por el ambiente y puede ser positiva o negativa.  La positiva implica un crecimiento en las capacidades de la persona (su personalidad) para interaccionar con su ambiente.  La negativa manifiesta una deficiencia en las capacidades de la persona para enfrentarse al ambiente.

Sin embargo mucho se ha hablado de la transexualidad, transgénero y travesti, pensándose que estos tres significan lo mismo, lo cual es totalmente erróneo como términos, ya que son simples etiquetas que buscan encasillar a las personas a pertenecer en una misma sociedad con ciertas reglas.

Por ello se le dará a cada uno de estos tres términos una expliación:
El travesti tiene una tendencia a vestir de la forma del sexo opuesto, normalmente  no es tan necesario cambiar su género.

El transgénero se identifica con el género opuesto y se somete a una transición social o médica para pertenecer al sexo contrario.

El transexual siente que ha nacido en un cuerpo equivocado y desea someterse a un cambio de sexo por medio de cirugías.

Arribas  (2008) sostiene que:

La transexualidad no es el tercer sexo si no que la persona se “siente” de un sexo u otro, y además, pretende vivir el día a día con ese rol de género, bajo el conjunto de normas y prescripciones que dicta la Sociedad y la Cultura y comportamiento femenino o masculino. Porque la identidad de género es una construcción social y cultural, que es vivenciada como necesario para el bienestar psicológico y social de la persona transexual. A menudo en charlas informales y/o formales, en artículos de opinión, en periódicos; revistas; programas de radio y televisión, en foros de Internet, etcétera, se escuchan y leen opiniones que son verdaderamente hirientes para las personas transexuales. No se respeta la diferencia, ni la realidad de muchas mujeres y hombres transexuales y que también leen y escuchan estos comentarios. Simplemente se falsea su realidad, se “ofende a conciencia”, hasta se brutalizan las opiniones. Por tanto, las expresiones, gestos y signos de transfobia por desgracia son constantes en la Sociedad y por este motivo, se produce en demasiadas ocasiones su autoexclusión y su invisibilidad por miedo a las represalias sociales y laborales. Esta transfobia puede destruir y encerrar la identidad sexual de las personas transexuales, pudiéndoles llevar a procesos de baja autoestima y autodestrucción, depresiones y suicidios. La sociedad tiene miedo a lo desconocido y lo rechaza (p. 2).

De este modo, se entiende que las personas que se sienten diferentes en tanto su cuerpo biológico, están más propensas a realizar actos que afecten su integridad física por el miedo y las idealizaciones de los demás, tornando su vida de una manera en la cual se sienten incomprendidos.

Por ello es que en la actualidad existen una serie de procesos que mejoran lo que la persona realmente quiere ser tanto físicamente como mentalmente, y estos procesos son por ejemplo: operaciones de reasignación de sexo, procesos de hormonación, terapias psicológicas, y sobre todo, la importante decisión de realmente querer ser lo que se ha deseado desde pequeño, y que no se ha podido realizar por ideales, estereotipos y constructos sociales que va adjudicando la sociedad, como si todos fueran una copia de copias, intentando parecerse a lo que se ha enseñado como ser un “macho” y ser una “dama”.

Un poco acerca del proceso de reasignación de sexo

Las personas transexuales tienen la necesidad de conseguir la reasignación al sexo opuesto.

Según los profesionales médicos: “el tratamiento hormonal juega un papel importante en este proceso, que idealmente debe suprimir los caracteres sexuales secundarios del sexo original e inducir los del sexo opuesto lo más completa y rápidamente posible”. Por esta razón, estos profesionales apoyan la hormonación en cuanto antes. Y su asistencia necesita de un equipo multidisciplinar ya que precisa de diversas intervenciones.

Arribas (2008) menciona que:

El primer paso de este proceso de transexualización, es la atención psicoterapéutica que comprende: la escucha psicológica, realización de pruebas médicas, test de la vida real, etcétera, esto durante el tiempo que fuera necesario, hasta obtener el informe del diagnóstico. En el caso que el informe confirme la transexualidad, podría comenzar el tratamiento hormonal. La atención psicoterapéutica especializada no finaliza en este momento, siendo aconsejable que continúe a lo largo de todo el proceso, ya que la persona puede necesitar en algún momento apoyo para sobrellevar posibles complicaciones sociales y/o físicas.

El profesional médico endocrino supervisará la hormonación, que es esencial para que se produzca el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios del sexo que se siente y que deberá mantenerse el resto de su vida, ya que suplirá las hormonas que producía su cuerpo y que después de las operaciones quirúrgicas ya no podrá producir.

Una vez conseguidos los objetivos establecidos por los y las profesionales de la psicología y/o sexólogo/a y los de la medicina (endocrino o endrocrina) durante la hormonación, la persona transexual podrá si lo desea acceder a la cirugía de reasignación sexual (CRS) con lo que podrá modificar su cuerpo adaptándolo al sexo que siente. Para realizar este tipo de operaciones (CRS) es necesario contar con especialistas en ginecología, urología y cirugía plástica.

Una vez que el proceso se ha seguido y completado, se puede decir, que la persona transexual habrá terminado su proceso físico y psíquico de transexualización. No finaliza todo aquí, la persona transexual necesita dar un paso más, y es realizar el cambio de nombre y sexo legal.

Según la ley vigente actualmente que tiene por objeto regular los requisitos necesarios para acceder a rectificación registral del sexo y el cambio del nombre se puede solicitar este cambio en el Registro Civil (p. 4).

Este proceso de reasignación de sexo es el más conocido, sin embargo se espera que en unos años las operaciones quirúrgicas en tanto la construcción de pene en los chicos transexuales (faloplastia) sea menos peligrosa y el pene sea funcional y estético de un tamaño real que pueda producir espermatozoides, y en el caso de las chicas transexuales, es más fácil la construcción de una vagina (vaginoplastia), ya que se desconstruye el pene, para poder crear los labios mayores y menores, sin embargo esta operación ya ha sido realizada y se busca también que sea estética y funcional.

Conclusión

La decisión de una persona  al querer cambiar su cuerpo con el que nació biológicamente, es meramente una cuestión de responsabilidad y de vivirse plena y feliz, ya que cuando el sujeto se siente identificado con su género y su cuerpo físico, es decir (cisgénero) puede realizar lo que más le guste, en donde se encuentre, cabe mencionar que la sociedad podrá o no rechazarlo debido a las ideología respecto a este tipo de decisiones y situaciones.
Es entonces que existe una gran diferencia entre lo que es el sexo y el género, que aunque se nazca mujer, por el simple hecho de tener vagina, no es que se deba ser mujer, es que más bien se aprende a como “ser mujer”,  e igualmente con el varón, es decir con todos los constructos sociales que se van formando, de generación en generación, sin saber en realidad si el sujeto quiere que sea así o solo es para “encajar dentro de la sociedad”.

Desde la primera infancia el niño o niña va aprendiendo acerca de lo que le toca jugar respecto a su sexo, es importante saber quién de los padres o qué miembro de la familia estuvo cuidando y enseñando al niño o niña, así como el lugar, es decir, el estado o el país en donde el sujeto fue creciendo, puesto que el factor psicosocial es el más relevante en la decisión y de la reasignación de sexo.

Y es que finalmente en la actualidad existe una serie de cambios tecnológicos, sociales, de política, reformas por aquí y por allá, pero realmente en cuestión de sexualidad la ideología sigue siendo la misma de hace años, ¿Qué importa lo que cada sujeto haga con su cuerpo y su vida? ¿Qué importa que las preferencias no sean las que nos han ido enseñando desde pequeños por quedar bien con familia y amigos? Importa más el sentirse feliz con lo que se quiere ser  y luchar por ello que llevar y seguir las reglas que  han implantado para entrar en este sistema social, para ser “una dama, una princesa, todo una mujer” o al contrario, “un caballero, el hombre de la casa, el príncipe azul, simples términos que no buscan más que consumismo,  vender ideas y formas de comportamiento estricto, ¿Por qué ser así? ¿Por qué lo dicta la sociedad? ¿Acaso solo de este modo este sistema se controla?  Que si llegasen a romperse todos estos estereotipos vistos y promocionados en televisión, novelas, y libros ¿existirían aún más formas de poder ser felices?

 Bibliografía

Butler, J. (2004). Lenguaje, poder e identidad. Madrid: Síntesis
De la Hermosa Lorenci, M. (2014). Repensando los orígenes de la disforia de género. (Consultado el 19 de septiembre de 2016). Disponible en: http://www.injuve.es/sites/default/files/2014/18/publicaciones/3%20Repensando%20los%20or%C3%ADgenes%20de%20la%20disforia%20de%20g%C3%A9nero.pdf
Blasi, F. (2014). Una investigación sobre el "cambio de sexo" y un proyecto de ley. (Consultado el 28 de septiembre de 2016). Disponible en: http://www.revistapersona.com.ar/Persona20/20Blasi.htm
Rubio Arribas, F. (2008, enero). ¿El tercer género?: La transexualidad. Nómadas. [En línea]. n° 17. (Consultado el 19 de septiembre de 2016). Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/181/18101703.pdf
Salín, P. (2015, marzo). La diversidad sexo-genérica: Un punto de vista evolutivo. Scielo. [En línea]. n° 2. (Consultado el 4 de agosto de 2016). Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252015000200010
Lamas, M. (2000, enero). Diferencias de sexo, género y diferencia sexual. Redalyc [En línea]. n° 18 (Consultado el 17 de enero de 2017). Disponible en:: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35101807
Barrios Martínez, D y García Ramos, M (2008). Transexualidad: La paradoja del cambio. México: Alfil
Giraldo Neira, O. (2010). Nuestras sexualidades. Bogotá: Digiprint

Bordignon, A. (2005, julio). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. Lasallista de investigación. [En línea]. n ° 2 (Consultado el 26 de enero de 2017. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69520210

viernes, 24 de marzo de 2017

Los versos del viento

Los versos del viento

Creado por: Gamaliel Antonio Castillo Alonso


Es una mañana de primavera, pero los rayos del sol queman tan fuerte como los de verano en estos días, a veces llueve repentinamente, ya sabes, el cielo y sus travesuras que anuncian la decadencia de estos tiempos. La alarma de ese reloj sobre mi escritorio empieza a anunciar una nueva mañana, trato de levantar el peso de mi cuerpo, pero parece que es más grande la voluntad de quedarse en la cama que la de avanzar. Pero el reloj no se para, las manecillas siguen en su constante carrera por regresar al mismo número doce una y otra vez hasta el final de los tiempos. Después de mis meditaciones sobre el maldito reloj, al fin me atrevo a levantarme de la comodidad de la cama y entrar a la ducha.

Después de todos aquellos preparativos para salir, empiezo a avanzar, salir de la casa hasta llegar a la parada del autobús, una vez en esa esquina de la calle, fue, en ese momento, donde empiezo a imaginar, como el chófer se levantó de su cama a las cuatro de la mañana, se sienta sobre la cama para voltear y observar a su esposa preguntándose a sí mismo “¿Por qué sigo aquí?”. Da un gran suspiro se levanta y se prepara para llegar a la terminal de donde salen todas las unidades de transporte. Luego me veo como la fría y dura llave que entra en ese agujero para poder encender el autobús, las llantas empiezan a girar para ejercer su rutina de avanzar por el mismo camino una y otra vez.

Dentro de mi, en la extrañeza de mis meditaciones, me devuelve al mundo el estorboso ruido que hace el freno del camión al presionar el disco que permite a las ruedas andar en su danza. El autobús ha llegado y abierto su puerta para entrar, camino hasta el fondo del autobús, ya que se encontraba vació, tome asiento junto a la ventana, al sentarme, giro mi cabeza en dirección a la ventanilla, observo el mundo, su movimiento, a través de este vidrio que me separa de lo externo todo parece irreal, las personas caminan, los edificios se mueven, ¡no!... yo me estoy moviendo, es una pantalla al mundo, ese extraño Dasein en el que estoy inmerso y mis actos, meditaciones, pensamientos, sentimientos, discursos, importan tanto como la muerte de una hormiga aplastada a causa de algún distraído que caminaba sin mirar el suelo que pisaba.

Después de algunos giros del autobús, de los kilómetros avanzados, de una próxima y extraña esperanza, al fin llego a mi destino. Pido bajar sobre el boulevard Héroes de Esperanza, camino tres calles, pasando una vez la avenida Santa Fe, ahí esta un parque lleno de arboles de jacaranda, que dejan caer algunas de sus flores como si de un cerezo japonés se tratase, hay una tenue niebla que permite vislumbrar los rayos de luz que sobreviven su choque con los objetos del mundo para llegar a su destino que es descansar en el suelo. Este panorama mágico lleno de arboles, el pasto húmedo por el sereno de la noche, divisiones de metal, algunas bancas y una fuente central con faros de luz para la penumbra de la noche está ubicada en la calle Viento.

Avanzaba por el camino empedrado, hasta llegar a una banca, me siento sobre el frió metal del que esta compuesto, saco un libro de mi mochila, mochila que lleno con mi vida entera para huir de ser necesario, el libro es “Humano demasiado humano” del nihilista Nietzsche. Después hago salir un cigarrillo de su escondite en la pequeña caja que contiene algunos otros 15 cigarros, lo enciendo con delicadeza como si fuera el último, le doy una bocanada, siento el humo invadir mi cuerpo y tras un suspiro sale el humo de mí, es relajante, después de algunos versos sobre la perspectiva del autor sobre el desarrollo de las ciencias y su dialéctica con la filosofía… cierro el libro, lo ojos arden, reviso mi celular, ella no ha llegado, ya han pasaso 30 minutos de la hora acordada, ya está tardando, conecto mis auriculares, reproduzco “daydreaming” de Radiohead, empiezo a contemplar la belleza de este lugar dentro de un mundo tan lleno de problemas, un jardín en medio de una selva de acero, cemento y motivaciones, que mueven a las personas a realizar desde los actos mas bondadosos, hasta los mas atroces contra sus semejantes. Siento el viento pegar contra mi piel, algunas gotas de sudor frío secándose… de repente... las memorias me vuelven a atacar... recuerdo, cuando… se fue… ella que hoy voy a ver.

Dreamers, they never learn…

Ese día no era tan diferente, el mismo parque, el mismo lugar, el parque de la calle Viento, una mañana igual. Estábamos sentados en la misma banca en la cual estoy sentado actualmente, mientras sujetaba su mano, viéndola a los ojos poniendo toda la atención que tengo a las palabras que me decía, escuchaba de su vida, sus victorias así como de sus derrotas, los caídos, los que sobrevivieron, de repente solo me abalanzo a sus labios, rozándolos tiernamente con los míos buscando la manera de acariciar las heridas de su corazón con este acto. Pero momentáneamente solo siento sus manos apartándome de ella.

- Oye ¿Qué pasa, todo está bien?, digo si te molesta algo de lo que digo podría ya no contarte de estas cosas, la verdad solo te las cuento porque siento que puedo confiar en ti.

- No te preocupes todo está bien (la cosa era, que.. yo... no sé cómo decir todo esto que está en mi cabeza, como decirle que la quiero aliviar de su pasado, quiero decirle que construyamos un nuevo presente, destruyendo las cadenas de nuestro pasado.)

- ¡Ya enserio Gabriel! dime que te pasa, sé que cuando tienes esa mirada piensas en algo.

- Es que me dices estas cosas, pero no sé cómo ayudarte, me siento algo impotente, quisiera darte algo más a ti, ere muy importante para mi Regina.

- Creo que no te debería contar más sobre estas cosas

- ¿Por qué?

- Solo te las cuento y solo te pido que me escuches, mira, no sé cómo funcionan las cosas, ni se cómo funciono yo, y es por esto, que… voy a irme de viaje.

- ¿A dónde vamos esta vez?

- No vamos, me voy, no será por mucho tiempo, quiero conocer más cosas, nuevas personas, nuevos lugares, sentirme viva.

- (¿Cómo responder a eso?)… Está bien, si es lo que necesitas, te apoyare en lo que quieras.

- No te preocupes ya tengo todo planeado, te llamare cuando regrese, no creo que pase más de una semana.

…The damage is done. This goes. Beyond me…

Ya ha pasado un año de esa conversación en este parque de la calle viento. La gente camina hacia sus destinos con la total indiferencia de un extraño esperanzado de ver a su amor una vez más.

45 minutos más tarde, 4 cigarrillos y repetir la misma canción varias veces, llega ella subiendo el mismo camino empedrado que toda persona que quiera descansar en este santuario tiene que atravesar. Se acerca a mí con tal docilidad y elegancia que tanto me ha enamorado, me ve, al fin puedo verla diciéndome las palabras que más esperaba. 

–Hola, al fin estoy aquí.

Se sentó a mi lado, me platicó de cómo llegó a un estado más grande lleno de árboles y edificios, el departamento en el que se alojó, ahí volvió a ver a un amigo suyo, que los años sin verse no hicieron pudrirse su vínculo, hospedándose así en su departamento, donde conoció a Lourdes, con quien compartía el departamento para pagar la renta. Los tres visitaron varios museos, tomaron alcohol en distintos bares, bailaron hasta que cada gota de su alma en busca de consuelo se derramara como sudor en su piel. Fue así hasta ya pasado unos 8 meses, sus vínculos se reforzaron tanto que nadie sabía quién amaba a quien. Tres almas desgastadas en la misma habitación, una habitación donde se reunieron para conseguir algo de consuelo y lo confundieron con amor, dejándose llevar por la satisfacción del placer que las sensaciones de sus cuerpos transmitían mutuamente. Los tres intentaban curar sus heridas con caricias, besos, desnudez, orgasmos y placer. El suficiente placer para olvidar porque estaban ahí.

Una mañana ella despertó y vio la vida rutinaria que llevaba en ese lugar, volvió al mismo lugar del cual quería huir, pero en otro lugar, con otras personas, con nuevos amantes. Nunca emigró solo le cambio el caparazón a la estructura de su vida, aunque trató de vivirlo más tiempo para ver si algo era distinto. Pero solo le ayudo a abrir las heridas de su pasado. Hasta desangrarse literalmente por las venas de sus brazos. Después de algunas semanas en un hospital decidió regresar.

-Al inicio era divertido, hacía tiempo que no me divertía así, (dijo eso con voz melancólica) pero, después era insoportable, lo mismo todos los días.

-Y… ¿si hacemos algo diferente?

-¿Cómo qué?

-Solo sígueme.

Tomamos un autobús en dirección a un museo que se ubica en lo más alto de un cerro, jugamos con las diapositivas, imitábamos las poses de las estatuas, éramos como niños jugando en un lugar diseñado para adultos. Después fuimos a comer, pero algo andaba mal, no sé cómo explicarlo. No lo comprendía hasta que se acercaba el atardecer. Caminamos de regreso hacia el parque de la calle Viento, sin decirnos nada, solo caminar… en ese silencio que decía algo más… la tristeza que se avecinaba.

…Where the sun comes through. We are. Just happy to serve. Just happy to serve … you.

Una vez que llegamos al parque de la calle Viento, se rió un poco de la nada como si una memoria pasada le contara un chiste que no entendió en su momento. Ella alza la mirada, me ve a los ojos con esa mirada de serenidad que tranquiliza mi nerviosismo.

- ¿Me amas? (dice ella con tono de preocupación)

Yo estaba sentado junto a ella viendo la caída del sol saludando la entrada de su amor la luna. Y fue cuando ella me declaró la verdad que no sabía en qué momento evocar.

- Ya no te amo.

-(Con gran sorpresa la miro; respiro; sonrió y con gran esfuerzo preguntó) ¿Por qué dices eso amor?

-(Con un alivio en su mirada como si se hubiera quitado un peso de encima me empieza a contestar) ya han pasados 12 años desde que te conozco, y cambiamos tanto, el proyecto de nosotros cambio, tu como proyecto y yo como el mío, es difícil pero no te puedo ver igual. Cambiaste a algo que se distancia de mi cada vez más. Ahora entiendo al sol y la luna.
-¿Porque? (Yo preguntando con la voz cortada, pero en ese momento no sabia que preguntar)

- Porque ellos estaban unidos en una pequeña masa con todo lo demás hasta que apareció la chispa del señor y todo cambio, así ellos aunque tuvieron un proyecto igual… al inicio… ahora cambiaron y hacen cosas distintas girando en esta realidad tan relativa.

Después de esto Regina me dio un beso en la mejilla y se fue iluminada por la luz de la luna que la protegía de la oscuridad que la rodeaba. Yo... mientras, me pregunto, si los rayos del sol que alimentan toda la vida son en realidad las lágrimas de extrañar a la luna por estar tan lejos su amor.

Tal vez regresar a casa no sea buena idea.

Otro amanecer vendrá, otro día que la volveré a esperar.