23 AÑOS DE "EXCELENCIA ACADÉMICA"

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Con un firme modelo educativo constructivista-humanista, el Instituto Universitario Carl Rogers, IUCR, nace en el año de 1994, bajo el nombre de “Centro Universitario de Puebla”, Actualmente "INSTITUTO UNIVERSITARIO CARL ROGERS" con el objetivo de difundir los conocimientos y vivencias de la psicología, psicopedagogia y psicoterapia humanista, creando a su vez programas, proyectos de crecimiento y desarrollo del potencial humano. LÍDER NACIONAL EN PSICOLOGÍA, PSICOPEDAGOGÍA, COMPORTAMIENTO Y DESARROLLO HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES quieres saber más... visita nuestro web site www.unicarlrogers.com.mx

sábado, 25 de febrero de 2017

Sueños

Sueños

“Yo tenía las cosas de amor guardadas en un cajoncito marítimo; hasta que llegaste tu con tu tormenta”

Creado por: David Orlando Carrillo García 


Yo no sabía de fechas y calendarios, me perdí alguna vez entre la primera semana de enero y la última de diciembre, tengo mala suerte para las fechas importantes y casi siempre olvido hasta mi cumpleaños, no se distinguir entre un lunes y un viernes por la noche, se me pasa el tiempo volando y por temor a mirar el reloj me ando con cálculos mentales, no soy el dueño del tiempo pero eso sí, jamás olvidare aquel instante en que su presencia comenzó a seguirme los pasos.

    La vida me encontró un día con ella, lo hizo en las paredes de una habitación y algunos edificios que en mi cuidad se construyen. Como olvidar las 22:14 p.m., como olvidar una hora tan exacta, como pasar por alto el 21 agosto si es aquí en donde nace una nueva historia. No puedo mentir, eran los ojos más complejos que pude observar alguna vez , ella tenía entre la sien un esplendor tan sarcástico que dejaba entender más de un doble sentido; ella era paz y eternidad pintada con pincel de fresas y aceitunas; está mujer tenía el cabello largo pero no tanto, corto pero nunca más arriba de los hombros, era justo a la medida de los amantes; cabello lacio en ocasiones y ondulado en los momentos prescritos de guerra de amores; cabello negro con olor a perversidad pero con sabor a te apuesto que te quedaras. Y es que quizás, ni si quiera era su cabello, si no la forma en cómo lo paseaba por el viento, tan detalladamente que era difícil no voltear y observar sus alas al caminar.

   Aquella mujer era distinta en todos sentidos, dibujaba sonrisas en niños que nunca reían, hablaba de la luna tanto, que a veces yo sentía que había nacido solo para escuchar; tenía unos ojos color café, tan café, que ya no pretendía beber otra cosa ni mirar a otros lados mientras ella aparecía, tenía un par de pupilas que se trasladaban de par en par por todos los sitios, era como un torbellino de sueños reales y paradójicos que me pendían de un "no sé qué me pasa". Yo no sabía si entenderla como la realidad de ser perfecta o como un misterio con forma de mujer, a veces suele pasar que esto no se tiene mucha importancia, es de esas veces que a centímetros de distancia respiras profundo sin parar. Así era ella, unos brazos bonitos, una loca forma de hacer péndulos con la sonrisa, un manantial entero vestido de princesa, unas manos y unos pies revueltos, la sensación de habitar ese lugar todos los días y no quitarte nunca aunque todo fuera un desierto.

    La vida nos junto un día, después de algunos actos quizá el tiempo comenzó a ceder para nosotros, no había intención de mucho pues en tantos lugares nos abordaron las heridas; casi como toda historia de amor lo bueno comienza contándole al otro lo que algún día pasó, contando cuántas lágrimas se perdieron por cosas que hasta ese día, ya no valdrán. Se nos perdieron palabras y unas cuantas horas en las manecillas, se atardecieron las voces y poco a poco sin más ni más algo se escribía, los ojos de ambos mencionaban cosas que en voz alta quizás nunca se escucharon; la vuelta en tantos amores que vendrían en un entrelazar de manos y poder hacer de ambos la vida.

   Nos encontramos solos y con la ilusión sobre natural de embellecer los caminos, la distancia era larga entre mi hogar y su hogar pero que importaba si teníamos en la misma dirección los besos, la intención de llegar al mismo destino; debo confesar que me gustaba tomarla de la mano sin que se diera cuenta, hacer pinturas en sus ojos de románticos algoritmos. Nos encontramos algunas veces en pasillos y nos mirábamos con un solo mensaje:

    -Háblame, convérsame que tengo ganas de conocerte, se de mis diálogos el aliento, de     mis días la experiencia que quiero contarte al final de la jornada, investiga entre mis             ideas lo que pienso cuando me miras y no me hablas, juega con mi memoria a encontrar     recuerdos que no han pasado pero que quiero que pasen contigo.

   Aun que nervioso y con ganas de no atreverme lo hice, el valor se escapo de volver tantas veces al mismo sitio, no pude controlar mis pies y mis piernas, el corazón pinchaba latidos tan rápido que me entere de la vida en mi, así lo hice, me invente algunos rastros de perfumes que según yo de algún sitio conocía; le pregunte a algunas personas que intermitentes se cruzaron si como yo también percibían el perfume, era por lógica dijeran que no, solo yo me sabía de memoria ese corazón tan delirante y solo yo lo encontraría. Cuando me vi frente a ella invente un pretexto más para tener de cerca sus sonrisas, le invente una canción que nunca nadie había compuesto, silbe tantas tonadas que ni siquiera yo sabía por qué y por cuánto tiempo más me duraría ese pretexto, no quise hablar de amor y entonces le pregunte la hora, ni si quiera escuche las 8:15, yo solo seguía sus labios mientras reía conmigo por lo torpe que me veía mientras no dejaba de mirarla, no supe despegar mi vista de sus manos, quería ser el tipo más impulsivo y arrojarme entre sus brazos, pero tenía que detenerme, ella ni si quiera sabía a ciencia cierta lo que pasaba por mi cabeza, ella solo percibía mis miradas de semanas colgadas en su puerta, estuve a punto de distraerme en la prudencia y salir, dar la media vuelta y no saber nada de ella, sin embargo, con algunas coincidencias y con más dopamina de por medio no me acelere a hacer cosas que no debía, le pregunte su nombre y con una veracidad inquieta solo contesto: 

    - Soy tu as de media vida y quien pensara en ti, un nombre de 4 letras que hará trucos y desastres si te decides a saber de mí. 

Yo quería ser consiente pero como todo Romeo no pude hacer más, decidí perderme un poco, me deje llevar por la piel que se me erizaba cada vez que ella movía las caderas, quise ser paciente y no pasarme el rojo, pero, ¿qué hacer cuando sabes que no hay otra oportunidad de respirar entre las nubes?, tenía en las manos la posibilidad de permanecer quieto y no desesperarme, ¿pero que sería de esta vida si a ella no la contemplaba hablando junto a mi todas las mañanas? 

Un día decidí a encontrarme con ella, llevaba felicidad por las esquinas, un sueño en cada abrir y cerrar de ojos; al aparecer frente a mí, decidí dejarme ser un enamorado inquieto, adivine su nombre y la cite en segundos en un lugar que estaba construyendo para esos días, tome sus manos , murmure en clave Morse algunas fantasías indiscretas, le acaricie la mano y en sus palmas puse primaveras, era un ramo de estrellas, que complacientes se enroscaron para intentar conmigo hacer de mis brazos un lugar para ella. Eran tantos nervios en un mismo instante que las reacciones no me daban para más, me trabe en miles de palabras y con un suspiro oxigené: 

    - No pretendía permanecer tanto tiempo callado sabes, solo supe de ti y no he dejado de hacerme cuentos en la piel, he conservado tu aroma en cada poro y he pausado tantas veces el momento en que te vi que prefiero perder la partida a dejarte de ver. -No pretendía permanecer tanto tiempo y por eso estoy aquí, zafado de recuerdos y anécdotas que ya no están, estas clavada en mis huesos y debo confesar que, hay ausencias que me pesan tanto pero ninguna como no saber de ti; no intento estar contigo si así lo quieres pero tampoco pretendo estar sin ti. 

    Ya no podía más conmigo y con los cientos de murmullos que me aventaban a decir tantas cosas, ya no podía más con los enredos y ya no sabía que decir, a veces la prioridad de un hombre se eleva tanto que se pierde en las alturas y solo no deja de pensar; ella se decidió a insinuar algunas cosas; en ese momento entendí que no había persona más sabía que una mujer inquieta por escuchar un: “vamos a saber si nuestros caminos son paralelos o se deciden a cruzar en algún lugar”. Sé que no costaba decir algo parecido pero que justificación puedo poner, la realidad es que la tentación de unas piernas bien torneadas y una inteligencia más allá de la imaginable me ponía como ausente, me hacía hacer del otoño alguna otra estación, me hacia buscar palabras que no existen e inventar abecedarios nuevos para hacer besos dulces y poderla describir. Bajo sus insinuaciones solo me quedo entender algunas cosas: ella había aparecido por algún motivo, era cuestión de acceder a dibujarla entre mi futuro, por alguna razón que desconozco ella había aparecido, tomo mis manos y como por arte de magia me calmo, sin hablar del tema solo dijo: 

- Estoy aquí por alguna razón

    La razón era inequívoca, no existía, solo nos inventamos las razones para seguir, ambos decidimos bajar la guardia y abrirnos el corazón, dejamos en el suelo la armadura que algún día nos pusimos, platicamos de los miedos y consientes de todo tomamos una decisión: el instinto es importante pero más importante es que ya no hay miedo a vivir, hurgamos bajo el pantalón y con fe en la paciencia caminamos hacia el mismo balcón, nos quitamos en minutos la sorpresa y le rendimos un tributo al amor, no hubo voces ni luces que vigilaran lo que en todo el cuarto se escucho, fue la gloria eterna entre movimientos del alma y uno que otro grito que se escuchaba como un gemir, nos quitamos la pena y la ropa al mismo tiempo, convertimos la noche a sabiendas de lo que nos esperaba, a sabiendas de que entre locuras sus piernas ya estaba arriba de mi; convertimos la noche en un nuevo planeta entre los brazos, se nos asomaba el aliento y el alma, quisimos pensar en lo que pasaría, pero como hacerlo si estábamos bajo sabanas y sin mucho que decir, , cerramos puertas y ventanas, , nos comimos a besos y a carcajadas cansados, hasta dormir.
    
    Después de todo y con una sonrisa en la mañana desperté, gire entre las sabanas con la realidad inquieta, buscándola por la inmensidad de la cama, tratando de precisar en que parte del cuarto se quedo, la busque en cada rincón; sin darme cuenta yo ya estaba frente al espejo, con ojeras estampadas en la piel, con la confusión y toda esta conmoción del alma, con la aproximada desilusión de girar la cabeza hacia la cama y notar que ella no estaba allí, que había soñado solamente, que por la noche cerré los ojos y me perdí, soñando con un amor eterno que me invente en la madrugada. Una vez más frente al espejo comprendí, todo lo que había visto estaba referenciado en un sueño, en un sueño que me robo las frases, que me escondió la belleza de una persona que aun ni siquiera conozco y que nunca vi. 

    En segundos y con lágrimas en la cara tome mis cosas, organice mi aspecto y las hojas de mi libreta, convencido de estar en un sueño hice un post al aire, lo hice en remembranza de aquello que no viví; de aquel encuentro que construyo cientos de yo´ s en espera de hacer todo realidad, en espera de comenzar un cuento de aquellos que te dejan la pasión en cada pausa, en cada sesión que la vida te regala; de aquellos que te hacen guardar la fecha en él calendario, de aquellos que te hacen recordar y almacenar en la memoria todo lo acontecido. En segundos y con media sonrisa de lado cerré los ojos; te recordé tan bella, tan perfecta y tan bonita; tan sublime y tan maravillosa; tan especial que de nuevo no quería abrir los ojos pero tuve que hacerlo. En la vida nada se precisa, todo se envuelve en miles de voces y en miles de sonrisas, como esa que me diste tú al soñar que estaba contigo, y ahora entiendo que se puede caminar sin luz, que ir a ciegas pero contigo no tiene mayor dificultad; de tus ojos aprendí que hay que cerrarlos para soñar, pero que lo más extraño es que para que los sueños se hagan realidad hay que dejar de hacerlo. Por eso cuelgo de tu prisa, de tu voz, de tus cuentos, de tu andar, por eso no me remito a llevarte en las pasiones, a conquistar cada lunar y cada pulgar, por eso no le temo a soñar despierto; por eso no le temo a cada sesión de la vida contigo, porque sé que al encontrarte todo se hará realidad. 

Fin

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