23 AÑOS DE "EXCELENCIA ACADÉMICA"

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Con un firme modelo educativo constructivista-humanista, el Instituto Universitario Carl Rogers, IUCR, nace en el año de 1994, bajo el nombre de “Centro Universitario de Puebla”, Actualmente "INSTITUTO UNIVERSITARIO CARL ROGERS" con el objetivo de difundir los conocimientos y vivencias de la psicología, psicopedagogia y psicoterapia humanista, creando a su vez programas, proyectos de crecimiento y desarrollo del potencial humano. LÍDER NACIONAL EN PSICOLOGÍA, PSICOPEDAGOGÍA, COMPORTAMIENTO Y DESARROLLO HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES quieres saber más... visita nuestro web site www.unicarlrogers.com.mx

lunes, 30 de abril de 2018

La autobiografía psicoterapéutica para sobreponerse ante la adversidad

Aida Isabel López Toledano

Maestría en Desarrollo y Psicoterapia Infantil
Instituto Universitario Carl Rogers

Resumen
La autobiografía psicoterapéutica se narra durante el proceso psicoterapéutico que ha decidido iniciar cualquier persona interesada en analizar las diferentes experiencias de su vida. El cambio más importante y significativo después de esta narración es observarse detalladamente, en un inicio con dificultades de adaptación, emociones negativas o con algunos síntomas negativos; para después verse a sí mismo sobreponerse ante la adversidad; adversidad que nos lleva a iniciar un proceso psicoterapéutico. Se narra el pasado, se narra esa historia de vida en donde se explica cómo se forma el malestar para después narrar el presente y el proceso psicoterapéutico que nos lleva al autoconocimiento, al respeto y amor propios para por fin encontrarse a sí mismo y poder vivir plenamente en el aquí y ahora. The psychotherapeutic autobiography to overcome adversity
Abstrac The autobiography in psychotherapy is narrated within the process of someone who has decided to analyze their different life experiences. The most important and meaningful change after the narrative, it is taking a closer self- look; at the beginning with some difficulties of adaptation, negative emotions or even negative symptoms; afterwards they might see themselves overcoming adversity, which lead people to start the psychotherapy process, in other words, changing process. There is a past narrative, specially that piece which can explain where the discomfort is located, and subsequently to relate the present and the psychotherapy process that leads to self-knowledge, self-respect, self-acceptance and self-esteem; and finally, finding oneself in order to live in the here and now.
INTRODUCCIÓN
Considero importante resaltar que desde el inicio de los tiempos del hombre, siempre ha tenido la necesidad de narrar experiencias para que otros las lean y me atrevería a decir que tal vez es un deseo un tanto egocéntrico el querer proyectar para el otro lo que para sí mismo ha sido hermoso, doloroso o significante y que a su vez logra dar identidad a esa persona dentro del grupo al que pertenece. Por otro lado considero que estas narraciones de la humanidad han sido útiles para la
sobrevivencia de la raza humana. Todas las pinturas rupestres que existen en las diferentes cuevas alrededor del mundo además de ser representaciones artísticas también son representaciones sociales y relatos de nuestros antepasados que dan testimonio de lo que para ellos era importante, lo que ellos observaban y analizaban; sus experiencias intrapersonales, su entorno físico y social; finalmente esto es hoy, un recordatorio para para nosotros que somos el futuro de esas generaciones y lo será para las generaciones venideras, nos han dejado y dejaremos una senda bien marcada de lo que ha significado ser hombres y de lo que ha sido el desarrollo del potencial humano.
Cada una de estas narraciones de experiencias personales que han sido analizadas y dejadas en las cuevas, en pieles, piedra, madera o en papel, conforman documentos importantes donde surge la observación, la descripción y el análisis de sí mismo, de lo que pasa alrededor y los efectos que provocan en el interior de cada persona. De esta forma surge la investigación y la narración autobiográfica para comprenderse, desarrollarse como persona, desarrollar la capacidad de encontrarse de frente con los otros de una manera autentica, sincera en el encuentro del yo-tú.
1. La autobiografía psicoterapéutica
El campo autobiográfico se ha desarrollado diferenciándose bajo nombres variados Pineau (2007) considera en una investigación terminológica sobre estos distintos títulos que desde los griegos podrían incluirse varios términos para las narraciones que intentan construir el sentido a partir de las experiencias personalmente vividas. Sin embargo, agruparé en tres subconjuntos según si el título indica una entrada personal, temporal o por la vida.
• La entrada personal constituye lo que se llama la literatura íntima o aquella del yo: confesiones, diarios íntimos, cartas, correspondencias, libros de razones, libros de familia, relaciones.
• La entrada temporal es tan rica de denominaciones: genealogía, memorias, recuerdos, diarios de viaje, efemérides, anales, crónica, historia.
• Por último la entrada por la propia vida, con o sin su raíz griega, bios: biografías, autobiografías, relatos de vida e historias de vida.
Estos nombres a menudo se utilizan como sinónimos. Pero, más profundamente, remiten a corrientes distintas que un desarrollo de la investigación debe diferenciar más explícitamente. En lo que concierne a las corrientes que indican la vida o lo bio en su título - biografía, autobiografía, relatos de vida o historias de vida; considera entonces un análisis y narración de la propia vida.
Desde una perceptiva experiencial se puede abordar la narrativa autobiográfica como vinculada a la sensación de bienestar del organismo, así como lo menciona Caballé (2012) al hablar del malestar y la autobiografía:
El Yo (o Self) no es una entidad formal sino un componente fluido que se actualiza constantemente y que resulta decisivo a la hora de asegurar la continuidad del ser, de la propia identidad, día tras día. Castilla del Pino en su magnífico estudio Teoría de los sentimientos (Tusquets, 2000), donde incluía el esbozo de una teoría del sujeto que desgraciadamente no pudo completar, defendía la idea de que era la memoria autobiográfica quien sostenía la identidad, el Yo, más allá de todas las transformaciones personales (pp. 27-28).
De este modo la autobiografía psicoterapeutica cumple una función autorreguladora, homeostática, de preservación o restauración de la estabilidad emocional; y por tanto corporal, en el individuo en momentos de crisis o de fractura. La autobiografía psicoterapéutica puede ser útil a cualquier persona adulta que se encuentre en un proceso psicoterapéutico sintiéndose y viviéndose perdida, agotada, con miedo, desconfiada, enojada, frustrada, rechazada o con alguna dificultad de adaptación que le impide existir y aceptar sus situaciones de vida o con poco amor para sí misma. Con la narración autobiográfica se pueden sanar muchas heridas y muy probablemente con la paciencia necesaria, podrá observar este camino. Narrarse y leerse a sí mismo da como posibilidad encontrarse diferente en las últimas páginas; y así encontrar en este relato sus heridas en su proceso de sanación que se da dentro del proceso psicoterapéutico.
En el proceso de la autobiografía psicoterapéutica es necesario que las personas realmente se comprometan con la congruencia en la observación y el autoanálisis constante de lo que se narra, ya que esta permite conocer más de sí mismo; al narrar las experiencias de vida y de desarrollo estas tienen un efecto terapéutico de sensibilidad, de respeto, de honestidad, de responsabilidad, de auténtico confrontamiento y de aceptación para el ser humano que está narrando a sí mismo.
2. El proceso autobiográfico
El proceso de realizar una narración autobiográfica definitivamente tiene un sabor agridulce, se encuentran muchos recuerdos que aparentemente estaban olvidados y que en esta evocación producen melancolía o alegría. Es una experiencia que podría asemejarse con la actividad de asear el closet. Se toma la decisión de querer ver que hay ahí dentro, de desprenderse de lo que ya no es funcional y de reordenar lo que si funciona, pero en ese proceso te encuentras con objetos, con figuras que en definitiva te llevan a escenas importantes, el escribir de sí mismo te hace revivir todas esas experiencias que en algún momento fue más conveniente olvidar. También te encuentras con objetos que pensaste perdidos pero que te alegras de volver a ver, a sentir, incluso a oler; y entonces le buscas un nuevo y especial lugar para que sigan ahí; a la vista para cuando lo necesites.
El narrarse a sí mismo dentro de un proceso psicoterapéutico es una experiencia continua llena de realidad, es un constante darse cuenta, como lo menciona Perls (2003): “Darse cuenta es experiencia. Experiencia es darse cuenta” (p. 33). Y de experiencias esta vasto el proceso de escribir una autobiografía psicoterapéutica; el narrarse a sí mismo reorganiza de mejor forma estas experiencias dentro de la psicoterapia y se sigue en un continuo darse cuenta.
Dentro del desarrollo de la autobiografía se viven diferentes etapas que me gustaría mencionar como parte del proceso que se experimenta para poder y querer hablar de uno mismo; el proceso autobiográfico sería una analogía de la experiencia de mirarse al espejo todo el tiempo y sin descanso, poder mirarse a los propios ojos
y averiguar que hay allí dentro; durante todo este proceso no se puede huir del reflejo, inevitablemente surgen las emociones, las sensaciones y los sentimientos que varían entre agradables o desagradables, sin embargo como lo menciona Perls (2003) es desde las emociones que nos damos cuenta de que no estamos muertos y evitamos ser aburridas maquinas sin un compromiso con nuestra existencia, es innegable que en algunas ocasiones no nos gusta el reflejo que nos da el espejo o en otras nos enorgullece lo que vemos; sin embargo, lo más importante dentro del proceso psicoterapéutico acompañado de la narración de uno mismo, es que se acaba por aceptar el reflejo del espejo, se hace más cómodo estar ahí con uno mismo, me reconozco, puedo ver lo que realmente soy, me acepto; y es entonces cuando puedo comenzar a narrarme sin omitir ningún detalle por desagradable que parezca o por temor a la interpretación que puedan dar los demás sobre mí. Esto se evita porque la narración ya tiene un significado para sí mismo, entendido como lo indica Perls (2003) al dar significado a lo que narro de mi mismo ya se han encontrado opiniones objetivas y subjetivas; y estas han pasado por un proceso creativo, en donde las opiniones significan exactamente lo que yo quiero que signifiquen, para llegar a una actuación en el aquí y el ahora.
Inicialmente, se trata de ser valientes y mirar lo que realmente se es, sin máscaras, sin maquillaje; para poder narrar desde la honestidad, la humildad y el amor propio; y en definitiva solo podemos hablar de amor cuando reconocemos nuestra luz pero también nuestros más viles instintos, deseos o pensamientos y a pesar de ello aceptarse con amor; y con el amor viene la responsabilidad. Esta narración se puede dar solo desde el verdadero reconocimiento del ser, desde el autoconocimiento que se espera como resultado dentro del proceso psicoterapéutico.
Pareciera que todo ser humano tiene la capacidad de hacer relatos sobre los acontecimientos de su vida diaria, así como lo puntualiza Bruner (2003) se pensaría que la facultad del ser humano de relatar, es tan natural como lo es el lenguaje, por otro lado esta obviedad nos dificulta confeccionar el relato para poder captar solo y únicamente lo sustancial cuando intentamos explicarnos a nosotros mismos al
iniciarnos en el proceso autobiográfico; lo que sabemos intuitivamente nos brinda mucho menos auxilio cuando tratamos de comprender o explicar lo que estamos haciendo además de someterlo a un deliberado control de lo que quiero narrar, de esta forma se deja de lado el impulso para brindarle una base a la narrativa. De este modo es comprensible que no se narre todo suceso que acontece en la vida de quien escribe; son solo aquellos hechos que son importantes para cumplir el objetivo planteado desde el momento que se decide escribir sobre sí mismo. Inicialmente se plantea la dirección que tendrá el escrito y cuál será su finalidad, sin esto; solo se trataría de una narración vaga y llena de información carente de sentido.
Después de plantear los objetivos de la autobiografía psicoterapéutica, nace la transformación del pensamiento sobre sí mismo, este se modifica a lo que Duccio (1995) denomina: “Pensamiento autobiográfico, ese conjunto de recuerdos de nuestra vida pasada, de lo que hemos sido y hemos hecho, es una presencia que a partir de cierto momento nos acompaña el resto de nuestra vida” (p. 12). En este sentido, la persona que se narra a sí misma, inevitablemente tiene que ir al pasado, a aquellas experiencias que le han dejado un aprendizaje, recurre a estas experiencias que se encuentran en la raíz de lo que nos hace humanos y que dan forma a lo que somos y hacemos. En este tercer paso, se analizan todas las experiencias que están relacionadas con el objetivo de la autobiografía psicoterapéutica para comenzar a narrar los hechos que son realmente relevantes.
Finalmente sucede lo esperado, en palabras del mismo Duccio (1995) esta evocación de recuerdos cumplen un propósito cuando pasan de una simple comunicación de recuerdos y se convierte en un proyecto narrativo completo que da sentido a la vida que se encuentra en este pensamiento particular y lo lleva a sentir lo que ha vivido y que aún está viviendo; se encuentra la pasión por el pasado que inevitablemente transforma el presente para encontrar pasión por el futuro. Al narrarse a sí mismo se encuentran piezas que estaban, piezas que han desaparecido y piezas nuevas que finalmente se unen y dan un nuevo conjunto e integración como ser humano que derivan en un placer por vivir. Y esto confirma:
“…el esfuerzo humano por dar un sentido al mundo” (Bruner, 2003, p. 21). Por dar un sentido a su propia existencia.
Con la narración de uno mismo, te encuentras. Hablo de este encuentro en donde verdaderamente te reconoces, puedes observar el sendero recorrido lleno de satisfacciones, en donde las experiencias dolorosas también las agradeces; observas el camino de frente, el que está por venir, sin embargo en esta ocasión, y a diferencia de experiencias anteriores, ahora sabes para donde te diriges, puedes imaginar lo que te vas a encontrar, pero sobre todo, sabes con que herramientas cuentas para vencer los obstáculos del camino y avanzas con esa confianza que solo brinda el autoconocimiento y el amor para sí mismos. Después de un proceso psicoterapéutico acompañado de una narración autobiográfica comienzas a vivir.
3. Sobreponerse ante la adversidad
A pesar de tantas circunstancias tan desagradables a lo largo de la vida, y de tantas otras que observan al rededor, pareciera que naturalmente el hombre está preparado y dotado para sobreponerse a ellas; sin embargo, esto siempre es una elección. En definitiva el ser humano es su mayoría no suele ser una persona muy positiva, siempre se pregunta el porqué de las cosas y después de un proceso psicoterapéutico empieza a preguntarse un para qué. Las respuestas regularmente no llegan, y si llegan, no suelen complacerle, solo se encuentra de vez en cuando respuestas que lo dejen tranquilo por breves instantes. Mientras tanto, en el día a día, y a pesar de la adversidad, el ser humano quiere existir. Esta es una frase corta que llevada a la práctica se hace demasiado compleja; sin embargo es posible y se llama resiliencia: “El hecho de superar una situación y pese a todo llegar a ser hermoso” (Cyrulnik, 2013, p. 25). En donde la palabra hermoso engloba todo los valores, anhelos, actitudes y pensamientos que nos hacen ser humanos, la calidad que abarca la aceptación de uno mismo, estar en paz con lo que soy y con lo que hago, para así relacionarse con otros seres humanos en la misma compasión y amor con la que se vive a sí mismo.
Es definitivo que este es un proceso largo e indefinido, me refiero a que probablemente esta labor personal no tiene un final, sin embargo estas personas sorprenden y se sorprenden a sí mismos: “…que después de una herida han aprendido de nuevo a vivir; no obstante ese paso de la sombra a la luz, la huida del sótano o la salida de la tumba exigen aprender de nuevo a vivir otra vida” (Cyrulnik, 2013, p. 25). Nada tienen que ver las circunstancias en el que el ser humano es herido, de donde ha tenido que escapar o cuanto es el tiempo que tuvo que pasar ahí para que brotara esa herida, lo realmente importante es que después de todo ese sufrimiento y de diversas situaciones dolorosas por las que se atraviesa, se logra salir y se permanece en un nuevo lugar, en un sitio distinto pero sobre todo en una forma de ser distinta, la vida cambia, y cambia como se ve la vida. “Hay que redescubrirse y ponerse a prueba para demostrarse a uno mismo que tiene derecho a vivir” (Cyrulnik, 2013, p. 22). En este descubrimiento es como la adversidad nos hace darnos cuenta como lo menciona Rivas (2007) que los seres humanos:
…somos capaces de trascender las carencias de nuestra condición cuando nos damos cuenta de que una vida plena depende menos de la fortuna y las oportunidades que de nuestro esfuerzo por aprovecharlas; de nuestra aceptación de retos más que de la resignación a los problemas; de nuestra habilidad de transformar en ganancia lo que aparenta ser solo perdida (p. 26).
Sin lugar a dudas, la vida es un proceso de constante cambio y la adaptación de la mente y el cuerpo a estos cambios, garantiza la superación de estas crisis. El ser humano flexible de mente y de espíritu renueva sus creencias y de esta forma se hace más fuerte, y con fuerza no quiero decir que tenga que soportar, aguantar o cargar con la herida o con la pena, sino más bien a verla como una oportunidad de crecimiento, de aprendizaje y después de superado pensar en ese pasado de una manera soportable.
4. La adversidad para el desarrollo humano
Con lo mencionado anteriormente aclaro que la intención es comprender que la adversidad es parte de la vida de todo ser humano, desde el momento en que nacemos nos enfrentamos a diversas crisis que son parte del desarrollo de todo ser
humano y de las cuales hay infinidad de libros para poder explicarlas y entenderlas; sin embargo, también es mi deseo dejar muy en claro que la persona tiene la elección de modificarse según estas circunstancias y que esta metamorfosis puede ser negativa o positiva y al decir negativa me refiero a que el ser humano comete errores, toma decisiones equivocadas que le traen consecuencias negativas, pero como lo menciona Rivas (2007) al hablar de estas equivocaciones: “ningún error puede definir la totalidad de una persona” (p.20). Por lo tanto esto es muy esperanzador, ya que a pesar del tiempo, de la edad, de las circunstancias o de los errores cometidos; el ser humano tiene la capacidad de ir a lo positivo, de desarrollarse como ser humano, de avanzar, de ser mejor persona de la que fue.
Con esto quiero entender que la vida también es un proceso de corrección y construcción que nos permite mejorarnos y alcanzar nuestro bienestar: “Hay que comprender y actuar para desencadenar un proceso de resiliencia. Comprender sin actuar propicia la angustia. Y actuar sin comprender fabrica delincuentes” (Cyrulnik, 2013, p. 197). Durante todo este proceso narración autobiográfica se logra verse a sí mismo como resiliente, se observa en un desarrollo de ideas constante, de ideas propias, de un análisis constante y de una valoración o desecho de estas ideas y se logra el cambio primero de pensamiento y luego de actuación; se modifica para bien la forma de relacionarse consigo mismo y con otras personas, se modifica la forma de expresarse y de validarse como ser humano, de nada sirve tener ideas claras y brillantes si no se vuelven reales en el actuar del día a día; es así como se logra estar y existir; es así como se logra el desarrollo del potencial humano.
Conclusión
La narración consciente de los sucesos de vida y todas sus experiencias, logran dar al ser humano un sentido de identidad, de pertenencia y de significado a su propia existencia, cada ser humano que ha vivido y ha aprendido de estas experiencias, logra tener una forma muy particular de pensar, de actuar, de vivir, de sentir y de existir.
Referencias bibliográficas
Bruner, J. (2013). La fábrica de historias. (2da. ed.). México: Fondo de Cultura Económica.
Bucay, J. (2012). Cuentos para pensar. (2da. ed.). México: Océano Exprés.
Cyrulnik, B. (2013). Los patitos feos. México: De Bolsillo.
Duccio, D. (1999). Escribirse: la autobiografía como curación de uno mismo. España: Paidós.
Perls, F. (2003). Dentro y fuera del tarro de la basura. (F. Huneeus, trad.). Chile: Cuatro Vientos. (Trabajo original publicado en 1975).
Rivas Lacayo, R.A. (2007). Saber crecer. Barcelona: Urano
Rogers, C. (1964). El proceso de convertirse en persona. México: Paidós.
Caballé, A. (2012). “Malestar y autobiografía”. Circulo de lingüística aplicada a la comunicación. [En línea], nº 50. (Consultado el 9 de mayo del 2016). Disponible en: http//www.ucm.es/info/circulo/no50/caballe.pdf
Pineau, G. (2007, diciembre). “Educación existencial, la autobiografía y el método”. Diálogos red. [En línea], nº 52. (Consultado el 9 de mayo del 2016). Disponible en: http://www.dialogosred.net/revistas/revista52.htm

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