El artista como modelo en terapia para un desarrollo personal en un
tratamiento psicológico
Cesar Pérez Luis Eduardo
Montufar Ponce Sandra
Ingrid
Instituto Universitario Carl Rogers
Licenciatura en Psicología
Resumen
El presente artículo pretende mostrar algunas de las características
principales del artista desde algunas perspectivas como lo son la propuesta
psicoanalítica, y algunos desarrollos filosóficos, además de hacer una breve explicación de sus funciones psíquicas a través de nociones fundamentales de la teoría psicodinámica para
entender la personalidad del mismo. Todo con la finalidad de mostrar las
posibles ventajas de mirar al artista como modelo en un tratamiento
psicológico.
Palabras clave:
Artista, Psicoanálisis.
Introducción
Como en su momento lo dijo Herbert
Read (citado en Robres Mateos, 1986): "Las primeras percepciones de lo que
es nuevo en toda ciencia tienden a asumir la forma de metáforas, las primeras
etapas de la ciencia son poéticas" (p. 49). La insatisfacción del siglo obliga a unos pocos a buscar un avance, la
clave quizá sea el artista.
El artista bajo diversos matices
De inicio veamos que Lladó (2006) menciona que
todo aquel que se introduce en el medio artístico: “… deja paso a la
contemplación universal, la contemplación de las esencias mismas del mundo, y
la sensación de felicidad o infelicidad desaparecen” (p. 6). Bajo esta
perspectiva podemos ver un gran parentesco con la visión del budismo zen, pues
de algún modo el hombre que ha alcanzado
la iluminación posee la misma capacidad del artista para gozar del mundo
completo y no de sus particularidades.
Otro gran
pensador que en su momento verso sobre el arte y sus subordinados es Nietzsche
(2005), quien enuncia y explica que la superación del sí mismo es un paso
importante a retomar, por ello mismo citando a Zaratustra exclama: “…No es el
río vuestro peligro y el final de vuestro bien y vuestro mal, sapientísimos:
sino aquella voluntad misma, la voluntad de poder, - la inexhausta y fecunda
voluntad de vida” (p. 68). Gran parte del pensamiento Nietzscheano radica en el
alcanzar al súper hombre, aquí cabe la cuestión de ¿será que el artista sin
saberlo intenta acceder a esa esfera del súper hombre? Una mejor interrogante
sería ¿Qué conlleva ser el súper hombre nietzscheano? Entonces, desde un punto
básico diremos que primeramente se debe dejar de lado la voluntad de poder que nos atraviesa a todos, esa parte racional
que pareciera intentar adherirse a algo incesantemente. En Más allá del bien y del mal Nietzsche genera una fuerte crítica a
los filósofos diciendo a groso modo que todos aquellos no eran más que
egoístas, por el simple hecho de querer moldear un comportamiento, un acto o
una situación a su conveniencia. Cada postulado filosófico era una mera
reproducción de un deseo o un anhelo personal egocentrista. Por tanto, trascender
a la voluntad de poder es o podría sugerir un rechazo al estancamiento
personal, una vez que se ha conocido una teoría debemos trascenderla y seguir adelante. Anexo a lo anterior Nietzsche
(2005), quien en su afamado libro Así
hablo Zaratustra persiguió el afán de conseguir al súper hombre, donde
propone tres transformaciones del espíritu enunciando: “… cómo el espíritu se
convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño (p.
23)”. Cuando el artista crea sus obras se está reinventando así mismo, ya que
bajo la percepción de Nietzsche, este cuenta con la cualidad de, por ejemplo,
no caer en una depresión mayor[1],
ya que si lo dimensionamos desde una perspectiva clínica, solo rozaría con la
distimia[2]
lo cual le ayuda en su proceso creador [3]ya
que por sus características lo beneficia a resaltar sus emociones las cuales
son fuente de inspiración
Continuando con
la idea de este apartado, podemos darnos cuenta que el artista se inspira de las
emociones primarias como la alegría y la tristeza, carentes de racionalidad, es
por ello que Suzuki (1998) nos manifiesta que el artista difiere del científico
ya que:
… el científico mata, el
artista trata de recrear. Sabe que la realidad no puede ser alcanzada mediante
la disección. Por eso utiliza una tela y un pincel y trata de crear a partir de
su inconsciente. Cuando este inconsciente se identifica sincera y
auténticamente con el inconsciente cósmico, las creaciones del artista son
únicas. Ha creado realmente algo; su obra no es una copia de nada; existe por
derecho propio. Pinta una flor que, si nace de su inconsciente, es una nueva
flor y no una imitación de la naturaleza (p. 21).
Por lo tanto
aquí podemos ver cierta semejanza con un principio básico del humanismo[4]
desde el enfoque de la terapia: “vivir la experiencia directa”, la razón no
puede adherir al mundo en su totalidad, solo la disecciona. Fromm (1998),
consolida la idea de Suzuki, diciendo que:
… tan pronto como he expresado algo en una palabra, se produce una
enajenación, y la experiencia plena ya ha sido sustituida por la palabra. La
experiencia plena existe sólo, en realidad, hasta el momento en que es
expresada por el lenguaje (p. 119).
Con Matussek
revisaremos algo similar al decir que el poeta le entrega lo mejor de la vida a
su obra, por eso su obra es tan hermosa y su vida tan miserable; por ejemplo Sharif
(2013), siendo un escritor contemporáneo dijo: la rara enfermedad del corazón de los poetas, que los lleva sin remedio
a convertir la vida en letras. Por su parte
Pérez-Rincón (2005), en su capítulo titulado “La muerte de un poeta” escribe:
… una luminosa inteligencia, la elaboración de una obra crítica, una
creación poética difícil, terminan con una muerte atroz en medio de las
tinieblas de esa “locura” que ha conmovido a los más brillantes críticos
literarios. Pero la “locura” de un poeta sólo ha generado explicaciones
poéticas: para Octavio Paz, “su muerte fue un caso de intoxicación racional”
(p. 63)
De acuerdo con esto podemos ver que el artista da pautas a una
sociedad
concreta sobre cómo se percibe la realidad de
esa época. Por ejemplo, con Octavio Paz un escritor conocido por la utilización
del albur, mitos, leyendas etc. después de su muerte se mostró una creciente
racionalidad en la sociedad mexicana según este mismo autor.
También Pérez-Rincón
(2005) retoma otro aspecto, la depresión, explicando que el deprimido: “…se
encuentra en una suspensión temporal del que directamente pasa a la imagen del
encierro espacial; se vive como un hombre encadenado y el intento suicida aparece
como el encierro absoluto (p. 145).” En base a esto podemos decir que el
artista al crear sus obras realiza algo, por lo cual se abre una gran interrogante, ¿Qué utiliza el artista para no caer en soledad o
depresión?
[5]Como cierre, Matussek (1984) menciona que: “lo
irracional en el hombre, su corazón, sus sentimientos, sus impulsos y
premoniciones prevalecían sobre su inteligencia. Ni la demostración ni la razón
podían suplir lo que la vida de un genio puede aportar a la humanidad” (p. 16).
Por lo tanto en el siglo XX, en los continentes orientales se valoraba más a
los hombres genios y creadores que a los meramente racionales, esto es un gran
contraste con nuestro continente en la misma época, pareciera ser que la imagen
del artista se ha desvalorizado más en un contexto como el nuestro donde, si
deseas entregar tu vida en favor del arte serás tachado de mediocre o será
común escuchar que no tendrás sustento.
Cualidades
del artista
Es de gran importancia destacar en primera
instancia la diferencia entre ser un genio siendo este el artista y un hombre
talentoso, como a su vez el exponer algunas características específicas de los
mismos. Para esto, Lladó (2006) nos introducirá diciendo: “… el científico
nunca se puede quedar satisfecho con sus resultados, por positivos que
parezcan. El artista contempla su obra, porque la idea que transmite es eterna,
esencial, imperecedera” (p. 11). Y esto se puede ver por ejemplo en la teoría
de la Gestalt que nos dice Torres (2016)
que esta ¨se centra en dar explicaciones acerca de nuestra manera de percibir
las cosas y tomar decisiones a partir de las formas que creamos¨ (p. 01). Es
por eso que el hombre talentoso como el científico toma una particularidad del
mundo y la estudia, mientras que el genio ha comprendido que el todo es más que
la suma de sus partes de algún modo. Por su parte Matussek (1984) explica que
en las personas creadoras, las ideas:
… fluyen al revés de las no creadoras, que piensan rígidamente. El no
creador se aferra a lo que acaba de pensar y se siente satisfecho de no tener
que seguir pensando. Pero en los creadores por el contrario, las ideas tienen
un flujo continuo. Un pensamiento alcanza al otro (pp. 22, 23).
Como resultado, el creador posee una gran
colección de ideas, ya que
como artista está en una constante búsqueda de
plasmar al máximo lo que desea expresar y en comparación del resto que solo son
geniales una vez, debido a que se
conforman con la idea que les funciona primero y no buscan más allá.
[6]Matussek (1984) ya había mencionado que el
genio intenta llegar más lejos, Lladó (2006) completa la idea diciendo: “Si el
genio quiere estudiar, contemplar, las ideas eternas, debe utilizar la fantasía
para romper la barrera del espacio y del tiempo” (p. 8). Desde una perspectiva
platónica el genio creador no necesita contemplar, sino más bien observa y
percibe a la mesa como mesa y no desde su yo, él es un hombre y no algo
separado del mundo. Un lado melancólico de los artistas es el hecho de notar
que viven en una continua ambivalencia, uno pensaría que sus vidas son intensas
y fabulosas pero, como Tolstoy (citado en Matussek, 1984) dijo: “El poeta toma
de la vida lo mejor y se lo da a su obra. Por eso es tan hermosa su obra y tan
miserable su vida” (p. 17). No es raro que en lo que respecta a su obra el
genio sea admirado por todos; y sin embargo, en cuanto a su vida es ignorado
por la mayoría.
Otra cuestión
que nos explica Otto Rank y Pichón-Riviere (citados en Rodríguez Estrada, 2005)
es la diferencia que radica entre un neurótico, un psicótico y un artista
diciendo:
… el neurótico como el artista son individuos insatisfechos: el
neurótico es un artista en potencia, que no ha sabido crear, así por su parte
el psicótico y el genio no son sinónimos, y es que este último no sucumbe ante
la presión de su propio inconsciente, porque es capaz de exteriorizarlo. (p.
50).
Pareciera ser que el artista es un ser que ha dejado rienda libre a su
propio inconsciente[7], a
diferencia del neurótico o el psicótico que realmente solo se encuentran
inmersos en sus propias pulsiones, además hay que cuestionarse si esta
insatisfacción es la clave de que estos artistas sean unos genios.
Otra incógnita a priori es saber realmente de dónde surge la creatividad en el
hombre, a esta pregunta Burckhardt (citado en Rodríguez Estrada, 2005) propone
que la creatividad: “… es un innato y poderoso impulso interior hacia la
imagen, que fuerza al espíritu a manifestarse en formas de toda clase” (p. 41).
Desde el psicoanálisis el acto de pintar o confeccionar una obra implica cierta
proyección de pulsiones interiores, relacionadas con conflictos y represiones
comúnmente.
Zátonyi
(2007) nos dice que ¨El artista es quien se encarga de actuar
como ente bicéfalo, articulando así aquello que ya existe con lo que todavía no es, pero que
quiere surgir para este mundo¨ (p.18). Es por eso que el arte mira hacia dos
direcciones: hacia la intimidad y los registros desconocidos del sujeto y hacia
el mundo exterior compartido entre sus habitantes. Siempre con la voluntad de
articular ambos, aunque siempre de manera diversa.
Al respecto, Maurice
Blanchot (citado en Morales Ascencio et. al, 1996) nos dice: “En cuanto la
ciencia impuso una experiencia adquirida y casi segura, no aparecen más que
como una pequeña locura, un ensueño de lenguaje, juego de deseo, destinado a
liberarse del saber mismo exhibiendo el espejismo lexical o a imitar, para
reírse de ellos, los hábitos del inconsciente” (p. 58). Lo que trata de
decirnos es que al ser el lenguaje adquirido nos restringe pero, al escribirlo
el inconsciente se hace presente como un mal hábito, como se mencionó
anteriormente eso es lo que salva al artista de sucumbir ante su propio
inconsciente, la liberación preconsciente a través de sus obras.
Psicoanálisis, nociones fundamentales
Freud
(1953) expone que: “la civilización se basa, en general, en la renuncia a los
instintos, y cada individuo tiene que repetir personalmente, en su camino desde
la infancia a la madurez, esta evolución de la humanidad hasta la resignación
razonable” (p. 251). Desde su nacimiento en 1896, el psicoanálisis (freudiano)
propuso otra manera de entender el comportamiento humano y abriendo paso a un
nuevo mundo: el inconsciente.
De
comienzo se proponen tópicas que subdividen al aparato psíquico, así mismo de
acuerdo con Freud (1914) existen dos básicas para el entendimiento de la psique
humana, una primera división se conforma por:
…
el consciente, conciencia como resultado de estimulación externa o de
experiencias internas revividas, momento presente de conciencia, conciencia de
la identidad. El preconsciente, recuerdos latentes que surgen espontánea y
deliberadamente o a través de asociación con la estimulación actual, filtro
entre el consciente y el inconsciente. El inconsciente, deposito mental del
pasado, no obligado por el deber o la restricción moral, comúnmente inaccesible
(p. 37).
En
esta primera división se puede evocar la analogía de un tanque de gas, donde la
válvula que restringe y permite la salida del material se le considera el
pre-consciente, el gas dentro del tanque vendría a representar el inconsciente
en toda su amplitud, finalmente el fuego emitido en una parrilla sería la
consciencia expuesta y condicionada por el exterior.
Siguiendo con Freud (1914), una segunda tópica
está compuesta por tres sistemas opuestos: “… El Id representa los impulsos
psicobiológicos o el yo inferior; el Ego representa el agente consciente o el
yo controlador; el Superego es el aspecto moral y social de la personalidad o
el yo superior (p. 41).” En esta segunda división se habla de una contradicción
y es fácil saber el porqué, ya que el Id (Ello), está asociado con las
funciones más primitivas del ser, meramente instintivo. El Ego (Yo), es el
sistema encargado de hacer socialmente aceptables los deseos inconscientes. Por
su parte el Superego (Superyo), es también considerado la representación parental;
el Padre o la Madre simbólica, la voz que reprocha por qué se hizo aquello y
que al mismo tiempo dice por qué no se hizo, que castiga. A pesar de ser
opuestos el uno del otro son capaces de generar equilibrio, esto gracias a un
principio psicoanalítico con respecto a dos fuerzas primarias, la pulsión de
vida y la pulsión de muerte[8]. Ahora bien, retomando lo
anterior podemos intentar un acercamiento a la personalidad del artista.
Primero es necesario ver que la genialidad tiene un origen más próximo en el
preconsciente, pues si recordamos lo expuesto arriba por Suzuki (1998), “si el
artista pinta una flor que, si nace de su
inconsciente, es una nueva flor y no una imitación de la naturaleza”, el
preconsciente libera el material inconsciente que activa la catexia y moldea
nuestra percepción en la realidad, sin embargo, la diferencia radica en el
hecho de que un dibujo que se crea a partir del inconsciente (de algo que no se
ha visto conscientemente) y no a través de la observación-imitación, es un dibujo
autentico.
También veamos
que de acuerdo con Matussek (1984), “lo irracional en el hombre, su corazón,
sus sentimientos, sus impulsos y premoniciones prevalecían sobre su
inteligencia.” Son características meramente de un artista, dichas
características se asemejan más a cualidades del ello (Id) y es que si hablamos
de funcionalidad, esta instancia psíquica es la misma que nos permite buscar
placer de diferentes maneras, por ende sea quizá lo que ayude al creador para
encontrar nuevas maneras de crear valga la redundancia. El mismo Matussek (1984), explica que en las
personas creadoras, las ideas: “fluyen al revés de las no creadoras, que
piensan rígidamente. El no creador se aferra a lo que acaba de pensar y se
siente satisfecho de no tener que seguir pensando.” Tengamos en cuenta que la
mayoría de nuestros pensamientos o recuerdos surgen del preconsciente, que por
ende nuestra autopercepción se estaría engendrando allí, al menos una
autopercepción “original” antes de ser condicionada por lo establecido
exteriormente. Pero lo importante es saber que por la facilidad del genio para
evocar ideas podríamos suponer que este tiene la virtud de no caer en la
cotidianidad y por consecuencia sus recursos para resolver problemas se
amplían, básicamente contaría con más opciones o más puntos de vista de un
mismo conflicto.
Conclusión
Primeramente
es necesario clarificar que el concepto de modelo
en beneficio de la presente investigación será visto como un referente. El término
artista también queda condicionado bajo los fines de la investigación viéndose
como un hombre capaz de evocar según la teoría freudiana su preconsciente más
ampliamente, y que cuenta con una serie de características deseables que podrían facilitar un desarrollo personal.
Retomando los desarrollos filosóficos anteriormente mencionados podemos ver que
la mayoría de los autores concuerdan en decir que el artista tiene una percepción más amplia de lo que le rodea.
Como
mencionamos anteriormente podemos puntualizar en el ámbito clínico que la
capacidad para exteriorizar su preconsciente a través de ideas constantes sería
útil en el tiramiento de la depresión por ejemplo: debido a que el paciente en
ese estado se muestra en una disminución en sus capacidades cognitivas o de
simbolización. A diferencia del neurótico que tiene una insatisfacción
inmutable y que en cierto punto trata de reprimir sus deseos ocasionándole
cierto grado de ansiedad y angustia, el genio podría romper el patrón
psicodinámico que el primero ocasiona.
A
su vez podemos notar que el artista posee virtudes como la amplitud de
pensamiento, lo cual le ayuda a no conformarse con una sola solución ya que
este busca diferentes puntos de vista para una dificultad llevándolo a utilizar
la que mejor se adapte a la resolución deseada en cada situación, esto le
impide caer en la estreches de pensamiento muy común en las personas
cotidianas, así colocándose como un punto de referencia en el tratamiento
terapéutico de un sujeto.
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Torres, A. (2016) .Teoría de la Gestalt: leyes y principios
fundamentales. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona
[1] Según el DSM-5 El Trastorno de
depresión mayor dice que:
Cinco de los
síntomas siguientes han estado presentes durante un periodo de dos semanas y
representan un cambio del funcionamiento previo:
1. Estado de
ánimo deprimido la mayor parte del día. 2. Disminución importante del interés o
el placer por todas o casi todas las actividades. 3. Perdida o aumento de peso
sin causa aparente. 4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días. 5. Agitación
o retraso psicomotor. 6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días 7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad
excesiva o inapropiada casi todos los días. 8. Disminución de la capacidad para
pensar o concentrarse. 9. Pensamientos de muerte recurrentes.
[2]
En base al DSM-5 El Trastorno
persistente (distimia) nos dice que:
Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día,
presente más días que los que está ausente. Presencia durante la depresión, de
dos o más de los síntomas siguientes:
1. Poco apetito o sobrealimentación. 2. Insomnio o
hipersomnia. 3. Poca energía o fatiga. 4. Baja autoestima. 5. Falta de
concentración o dificultad de tomar decisiones. 6. Sentimientos de desesperanza.
[3]
Ruiz (1996) nos dice que:
Esta imposibilidad en el lenguaje de nombrar, eso que de
alguna manera no es esencial a todo sujeto, no es más que una forma de
denunciar que las palabras son solo signos que nos encierran, tramposamente nos
atrapan con una ilusión y solo nos muestran una imposibilidad de inscripción
por eso escribimos (p. 6).
La limitación en el lenguaje que nos impide decir y que nos
hace insistir en una escritura donde podemos decirlo de una forma que se
acerque a lo que se desea expresar; podemos poner de ejemplo la frase de
Xhelazz (2009), otro escritor contemporáneo “nací sin poder hablar y no quiero
morir sin saber decir”. Si bien es clara la necesidad del hombre por enunciar o
nombrar todo aquello que desconoce, en el poeta puede ser que esta necesidad
aparece con intensificada. Slavoj Zizek (2016), nos dirá que la voz es esa presencia
fantasmal que surge desde el interior, de algún lugar y que contiene en sí
misma el poder de generar cambios pragmáticos en un individuo, el poder de
curar o de enfermar. Pero, cuando el acto de fono articular no basta o
simplemente es reprimida, ya solo nos queda escribir o pintarlo.
[4] *Fourcade, M. (1982). Conferencia
inaugural del VI Congreso Europeo de Psicología Humanista. Paris, julio 1982.
pp. 3, 293-301
Michel Fourcade define a la Psicología Humanista como un acercamiento al hombre y a la
experiencia humana en su globalidad. Un movimiento científico y filosófico que
comprende la psicología en sus dimensiones dinámica y social, basada en una
visión holística del hombre, redescubriendo así formas tradicionales
occidentales y orientales de conocimiento. Un movimiento contracultural, que se
ha extendido bajo la forma de lo que se ha venido en llamar Movimiento del
Potencial Humano.
[5] Así mismo en el banquete cuando
Sócrates (1781), expresa uno de sus argumentos finales diciendo:
… el Amor es un gran dios, muy digno de ser honrado por los
dioses y por los hombres por mil razones, sobre todo, por su ancianidad; porque
es el más anciano de los dioses. La prueba es que no tiene padre ni madre;
ningún poeta ni prosador se le ha atribuido (p. 262).
De este breve dialogo se puede percibir la angustia del
poeta por trascender más allá de lo factible y formar una obra que plasme o que
contenga en sí misma el amor verdadero.
[6] A
su vez Bauman (2007), nos dice que ¨…. la "experiencia artística"
nace, ante todo, de la temporalidad del acontecimiento y, sólo en un segundo
momento (en el supuesto de haya segundo momento) del valor extra-temporal de la
obra de arte¨ (p.21). Es decir que la obra nace del deseo de divertir o de
coleccionar sensaciones, emociones, sentimientos, etc. plasmándolas en aquellas
obras.
[7] Es
por eso que la familia juega un gran papel en el desarrollo de los niños
creadores ya que como lo indicaron P. S. Weisberg y K. T. Springer por una
parte, y J. W. Getzels y P. W. Jackson (citados en Rodríguez Estrada, 2005),
exponen que los padres de niños creadores tienen el siguiente perfil:
• Son
personalidades bien definidas, que no se funden o fusionan en el matrimonio,
sino que conservan cada uno su independencia psicológica;
• Manifiestan
alta expresividad: fácilmente hablan en la familia de sí mismos, de sus
problemas y de sus proyectos;
• En
sus relaciones con los hijos no son dominantes, sino permisivos y tolerantes.
(p. 67).
Al parecer es inminente el hecho que para ser un
creador se necesita un yo fuerte que se las arregle para no perderse en el
inconsciente, tener unos padres que refuercen los mecanismos yoicos puede ser
la vía para conseguirlo. De hecho un pensamiento cotidiano del siglo pasado es
el de considerar sinónimos “locura y genialidad”, solemos considerar incluso
hoy en día dicha relación. Un escritor o un pintor desquiciados encerrados en
una mazmorra, es la imagen que aparece cuando pensamos en los grandes prodigios
de cada rama.
[8] Freud (Citado en Robres, 1986) opinaba,
que el órgano del que surgía una pulsión:
por lo general coincidía con el lugar en
que aquél encontraba su satisfacción. Así pues, la diferenciación de las
pulsiones se basaba en los distintos órganos en que se originaban, es decir,
las llamadas zonas erógenas: oral, anal y genital (p. 55).
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