¿Qué es leer?
Instituto Universitario
Carl Rogers
Gamaliel Antonio
Castillo Alonso
lielamagcas@hotmail.com
Introducción
Mucho
sabemos sobre las utilidades y benéficos de la lectura, existen recordatorios
constantes a la sociedad sobre la importancia de leer, los vemos con
regularidad en algunos comerciales en la televisión o en esos anuncios de algún
espectacular o los anuncios publicitarios de las paradas del camión.
Pero,
¿Estos intentos o campañas realizadas para fomentar la lectura realmente
funcionan?, si bien en México no se nos reconoce por nuestros aportes al ámbito
científico o tener una población con una disciplina de mínimo un libro por año
en las estadísticas internacionales. Podemos dar cuenta que estas campañas no
son tan eficientes como se espera. Leer
te hace mejor predican estos anuncios, pero ¿Mejor en qué? ¿Te hace mejor
persona?, ¿Mejora tus competencias para el ámbito laboral?, ¿Ante quién te hace
mejor, ante los que no leen o no tienen una biblioteca personal en su
habitación?, ¿Realmente leer nos hace mejores?
Si
bien no es un debate muy habitual, si es una forma de cuestionar el tan afamado
habito de la lectura y su verdadera
función en la vivencia humana. Podríamos entender que el libro como tal, tiene una historia y aunque en cierto grado,
podríamos argumentar un compromiso con la transición histórica. Pero ese no es
el caso ya que lo que realmente nos mueve a una acción o a un acto es el placer
de hacerlo al momento de hacerlo.
Sin
embargo, para cuestionar el cómo podemos hacer que la gente lea más, hay que
entender el ¿Qué es leer?
Palabras
clave: Lectura, placer, hábito, tradición, imposición.
La imagen de un México lector
ante el mundo
A
nivel internacional México se ubica en uno de los países con menos lectores, o
mejor dicho, las personas que constituyen nuestro país no tienen dicho habito
como: India (10.7 horas por semana), Tailandia (9.4 horas por semana), China (8
horas por semana), Filipinas (7.6 horas por semana), Egipto (7.5 horas por
semana), en un listado realizado por la agencia NOP World que realizó un
listado en función de horas dedicadas a la lectura por semana, en donde nuestro
país se posiciona en el número 24 de este ranking. Además del estudio Hábitos
de lectura realizado por la OCDE y la UNESCO, donde podemos encontrar a
México en el puesto 107 de 108, esto quiere decir que estadísticamente hablando
se leen aproximadamente dos libros por año (Meza, 2013). ¿Es esto realmente un
problema?
Podríamos
decir que esto es un problema hasta cierto punto, ya que no por nada causó una
gran controversia que a pesar de todos los defectos
que podrían denunciarse, nuestro país se posiciona en el puesto 21 de los
países más felices del mundo (Hetter, 2016). Pero no caigamos en la falacia de
pensar que por esto mismo no es necesaria la lectura o no es relevante este
comentario.
Bien
es sabido que un país al mostrar estadísticas altas en la lectura, son muestras
de una sociedad bien informada, con compromisos y deberes culturales e
históricos, incluido también la formación de una sociedad más globalizada, que
toman una serie de elecciones para mejorar a su propia gente. Por ende
podríamos deducir que una sociedad más lectora, es una población más
responsable, culta y desarrollada.
¿Pero
esto es realmente así?
Confusión
sobre la lectura
Veamos
el otro lado de la moneda, ¿Leer nos hace mejores personas?, realmente, la
lectura no podríamos considerarla como un elemento base para que la vida pueda
ser posible. Algunas veces, pareciera ser que en algunas personas, el ejercicio
constante de la lectura solo sirve para hacer crecer su ego y pedantería en
algún evento social con sus respectivos colegas.
Para
poder vivir, es necesario, alimento, refugio y salud. Pero entonces ¿que nos
haría humanos si la mayoría de los seres vivos necesitan estos elementos para
vivir?, aparte de nuestro lenguaje que viene a ser el medio por el cual podemos
expresar nuestras ideas y etc. El placer, también se vuelve uno de los
elementos que nos hace humanos ya que este nos mueve pero también nos hace caer
en el vicio o hasta llevarnos a nuestra autodestrucción si nos mantenemos en
una filosofía de vida meramente hedonista.
Pero
a pesar de la aparición de Sigmund Freud en el siglo XX, aun tratamos de
censurar lo placentero en el uso del lenguaje, ya que no decimos es tan placentero estar contigo, más bien,
me agrada estar contigo. Y la lectura se ha visto victimizada de esto (Mueller,
1980).
Menciono
lo anterior, porque, pareciera ser que el hábito de la lectura es más una
obligación, que un placer, un medio en vez de un goce. Existen libros de texto
obligatorios para cumplir con una serie de materias, para terminar algún grado
académico y poder tener papeles que nos permitan entrar en algún trabajo:
Desde
la década de 1970, en La sociedad
desescolarizada Ivan Illich había
llamado la atención sobre como la institución escolar lleva a cabo un
adiestramiento para que las personas confundan el proceso y la sustancia, de
forma tal que al alumno se le escolariza para confundir enseñanza con saber,
diploma con competencia, restándole valor al conocimiento extracurricular y
eliminando casi por completo la búsqueda del placer (Domingo, p. 24, 2014).
Entonces
no debamos sorprendernos de que la lectura sea una actividad que nos parezca
pesada, tenemos espectaculares en las calles recordándonos nuestro deber, leer
es nuestra obligación, dicen los anuncios.
Esta
confusión sobre el acto de leer, nos da muestra de la falla de todas esas
campañas dirigidas a que la gente se comprometa a leer al menos tres libros al
año. Es que implícitamente se entiende como una obligación, a la cual estamos
atados para poder pasar una materia, graduarse con honores en la universidad u
obtener ese puesto con el salario tan deseado.
Soy mejor por que leo más que
tú
¿Realmente
la persona que lee más libros se puede decir mejor que todas las demás? El
ejercicio actual del snoob es de dar
una imagen de superioridad, y calificando así a los demás de ser seres
inferiores, un buen ejemplo, es el de Sheldon Cooper en la serie de televisión
llamada La teoría del big bang (the
big bang theory); ese personaje muestra grandes conocimientos de
diversas materias, pero no lo hace ser una persona agradable con sus
compañeros, incluso se muestra como un comandante y sus compañeros como unos
subordinados para cumplir sus órdenes.
Para
la Alemania Nazi no podríamos calificarla de ignorante e inculta, puesto que
sus estudios sobre las ciencias y la filosofía los pusieron en uno de los
países con mayor progreso de su tiempo, y si eran fascistas, esta ideología
tenía un sustento claro, lógico y bien fundamentado (La nación, 2004).
Así
que entendamos que incluso la lectura puede ser una arma de dos filos, donde
por un lado puede cortar la ignorancia y la desinformación de un pueblo, pero
también volverlo opresor con su propia sociedad de manera justificada.
Leamos juntos
Entendamos
que el ejercicio de la lectura, debe ser porque algo nos mueve a inundarnos de
esas letras impresas en un papel, ya nos acercan a un mundo diferente, y no nos
basta con una sola perspectiva, donde lo mejor es que hay miles, grandes
autores nos muestran tantas formas de ver y expresarnos del mundo, Orwell,
Hesse, Huxley, Hemingway, Sartre son algunos ejemplos de autores que su
intención es mostrarnos una ventana y la abren para nosotros, para poder ver
otro ángulo de la vida y por ende del mundo.
Bibliografía
Domingo,
J. (2014). ¿Qué leen los que no leen?. México: Paidós.
Mueller,
F. L. (1980). Historia de la psicología. (F. Gonzales Aramburo, trad.). (2ª
ed.). México: Fondo de cultura económica.
Meza,
N. (2013). El top 20 de los países que más leen. Recuperado de: https://www.forbes.com.mx/el-top-20-de-los-paises-que-mas-leen/#gs._dlgHWI
Hetter,
K. (2016). Los países más felices del mundo son… Recuperado de: http://cnnespanol.cnn.com/2016/03/16/los-paises-mas-felices-del-mundo-son/
La
nación. (2004). Historia: el nazismo y su sociedad. Recuperado de: http://www.lanacion.com.ar/627353-historia-el-nazismo-y-su-sociedad
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