“Sé lo que realmente quieres ser física y
mentalmente, sin vivir en un cuerpo que no te pertenece”
Ser hombre o ser mujer no depende del sexo
biológico, son simples constructos sociales
Sánchez Jiménez Martha
Patricia
Instituto Universitario
Carl Rogers
Licenciatura en
Psicología
Resumen
La sexualidad es de gran importancia,
puesto que somos seres sexuados, y esto va dando como resultado una vida
satisfactoria en la cual se toman decisiones acerca de cómo queremos ser, en el
ámbito personal, tanto física y emocionalmente.
El objetivo de esta investigación es saber
y conocer, que desde que comienza a gestarse el feto en el seno materno una
serie de factores biológicos, van modificándose hasta que se obtiene como
resultado un varón o una mujer, sin embargo el ser hombre o ser mujer, es una
cuestión meramente de tipo sexual, es decir, lo que los va a diferenciar es sus
genitales, pero ¿Qué pasa con su forma de ser, actuar y comportarse con los
demás? ¿Acaso los hombres deben ser rudos, fuertes, valientes, no deben llorar?
¿Acaso las mujeres deben saber cocinar, son débiles, sensibles y solo pueden
realizar pocas cosas? Muchas de estas ideologías son pensadas repetitivamente
por la sociedad sin saber qué es lo que sucede en la mente de cada uno de
estos individuos que día a día nacen
diferenciándose como hombre y mujer por sus genitales y no por lo que en verdad
les hubiera gustado ser, es entonces en donde el sujeto no se siente perteneciente
a su cuerpo biológico, puesto que su pensamiento es del género contrario, es
decir en términos un tanto obsoletos respecto al nombre, existe una disforia,
es decir un desagrado y rechazo a su cuerpo, entonces nadie decide que sexo
elegir, sin embargo conforme el
individuo va creciendo, se va involucrando con una serie de
factores psicosociales que lo determinan
y obligan a realizar ciertas actividades
que son exclusivas de su género.
En esta investigación se tomaron en cuenta
participantes con una edad entre los 18 y 22 años, que asisten a lugares de
ambiente, es decir, a bares gays, que tuvieran un concepto de la sexualidad
diferente a los estereotipos ya establecidos.
Sin embargo se demuestra mediante la
investigación realizada que los factores psicosociales van más allá de los
acontecimientos biológicos, es decir, ejercen una mayor influencia el
constructo social y personal que día a día va formando la persona respecto a lo
que decidirá sobre su sexualidad , así como el Género y rol que asumirá.
Palabras
clave: Factor
psicosocial, disforia
de género, reasignación de género,
género, sexo y primera infancia.
Introducción
Conforme
el ser humano evoluciona, todo a su vez lo va haciendo, diversos cambios han
ocurrido debido a crecientes y significativos sucesos en su vida, uno de los
cambios que ha causado más polémica ha sido en la sexualidad, años atrás en la
prehistoria la sexualidad beneficiaba únicamente a la reproducción sexual, no
se expresaba el placer ni el goce por parte de ambos sujetos que ejercían actos
sexuales, y con el paso del tiempo ocupó sitio en las creencias religiosas de
tal modo que la sociedad comenzó a reprimirla, viéndola desde una perspectiva
sucia e incómoda y aún más cuando los chicos comenzaban a vestir “afeminados” y
las chicas practicaban deportes “rudos”, es entonces cuando eran mal vistos por
la sociedad y como personas “enfermas, trastornadas y raras”.
La
importancia de este tema abordado, disforia de género ,es para conocer cómo va
incluyéndose el factor psicosocial dentro de la vida de un sujeto que va
experimentando a través de sus etapas, llevándolo a tomar la decisión de cambiar su sexo, para sentirse
aceptado y pleno en sociedad así como consigo mismo, tomando en cuenta que la
imagen corporal ha ido evolucionando a principios del siglo XX, formando un auto concepto que ayudará al individuo a
relacionarse con el mundo, favoreciendo a su crecimiento, dado que si no se
acepta en todos los aspectos, es decir, físicos, y emocionales, existirá la facilidad
de que pueda generar ciertos conflictos.
¿Es
entonces una elección o simplemente que el sujeto experimenta diversos
sentimientos hacia su cuerpo que no lo
hace sentir a gusto y decide hacer algo al respecto para poderse sentir de
cierto modo conectado con su pensar y ser físicamente?
El
objetivo general de la investigación es analizar
los factores psicosociales vividos en la primera infancia del individuo, que
posteriormente le generan una emoción
desagradable respecto a su cuerpo biológico y en el cómo piensa.
Los
objetivos específicos son diferenciar los términos de género y sexo, así como
estos a su vez tienen un constructo cognitivo y social.
La
importancia de este estudio es debido a un interés sobre la sexualidad humana
ya que a lo largo de la historia ha ido evolucionando en su forma de ser,
actuar, pensar y sentir, tomemos en cuenta que en los años 70´S comenzó la
liberación sexual, es decir, los hombres vestían más atractivos e incluso
realizaban actividades que estructuraran mejor su cuerpo, las mujeres se
sentían menos reprimidas, las ropas que usaban eran más entalladas, el ser
humano desde que nace es meramente sexual, conforme va viviendo la vida y
aprendiendo de ella, toma la decisión de hacer lo que quiera con ella, sin
embargo se busca solución a historias
falaces acerca del origen de la disforia de género.
El
motivo del realizar esta investigación es por el hecho de que en la actualidad
existen diferentes preferencias en tanto lo que nos gusta como personas, y
muchas veces no sabemos que es lo que nos lleva a sentir eso.
Es
importante destacar que existen diferentes pensamientos acerca de temas que
intentan explicar la sexualidad y su variedad de atracciones sentimentales y
físicas que cada sujeto expresa en su
vida.
Las
hipótesis planteadas son las siguientes:
- Las
conductas de rol de género son aprendidas principalmente por el primer
cuidador del niño en una edad temprana
- Los
factores sociales van jugando un papel importante a lo largo de la vida y
son los principales para que el
sujeto decida realizarse una reasignación de sexo.
- Los
factores psicosociales tienen mayor influencia en el desarrollo del sujeto
que los factores biológicos
- La
reasignación de sexo es una decisión que lleva al sujeto a ser quién
realmente quiere ser
- Factores
como: violaciones, maltrato infantil o falta de atención familiar dan como
resultado que el sujeto cuando sea adulto su comportamiento sexual sea
diferente
Desarrollo
Según Zarate (2013):
Cuando nacemos, se nos
asigna un sexo de acuerdo con nuestros órganos sexuales pélvicos externos,
dependiendo de si el doctor ve que hay vulva o pene, afirma que un bebé es niña
o niño. Por otro lado está la identidad de género, que se refiere a la
identificación psicológica que va desarrollando el niño con uno u otro sexo, es
decir, el sentir psicológico de ser hombre o mujer. Comúnmente, los niños saben
que son niños porque así se les enseña. Después, al formarse la identidad de
género (a los doce meses de edad), no sólo sabe que es niño o niña, sino que se
siente y vive como tal
(p. 134).
A
medida que el sujeto va creciendo, se da cuenta por quién se siente atraído en
realidad. Tal vez en un comienzo encuentra que estas experiencias son
placenteras, perturbadoras o una combinación de ambas.
En la actualidad hombres y mujeres reclaman los mismos
derechos, las mismas obligaciones, ya no es meramente una cuestión de sexo, que
si es hombre no puede hacer de cocinar puesto que se volverá afeminado, que si
es mujer y le gustan los carros será un marimacho, muchos de estos comentarios
se pueden escuchar ya que el constructo social nos limita a poder decidir
acerca de lo que en verdad queremos realizar, el género y el sexo son
diferentes, aunque se crea que son totalmente iguales, por ello Pascual (2015)
opina que:
Hay personas con una incoherencia entre su sexo biológico y la percepción
de su género , que puede ser opuesto al que se les otorgó al nacer, las
diferencias entre estas dos condiciones sexo y género, proporcionan
subdivisiones como transexualismo, heterosexualidad y asexualidad (p. 87).
Es decir las diferentes subdivisiones mencionadas son
como un múltiple catálogo de lo que la
sociedad exige ser, de modo que si no se identifican en esos ramos existirán
otros, de modo que sea una forma determinada de comportarse.
Mucho se Habla de las diferentes preferencias sexuales, en este caso Butler (2009) explica que: “las llamadas vidas precarias, así se les identifica, a
las personas con diferente preferencia sexual, quedando estas expuestas al rechazo
físico, emocional y psíquico, y en otros casos hasta la muerte” (p. 45). No obstante aún no se tiene la conciencia de la sociedad
acerca de lo que la persona siente puesto que no tiene caso, las familias o
amigos cercanos les huyen y prefieren entrar al juego de aparentar.
Factores
como los estereotipos de la crianza, la asignación de nombres, papeles en
juegos infantiles, colores en las vestimentas, tipo de educación escolar e
interacción con los adultos y compañeros de infancia, determinan que nos
identifiquemos dentro de un género en particular. Los mecanismos del tipo
imitación y empatía, en los que participan las neuronas en espejo, que remedan
y graban la información de conductas, ademanes, estilos de marcha y locución,
nos muestran cómo el niño varón imita al padre y la niña, a la madre.
El término disforia, de origen griego (dysphoros), se
caracteriza generalmente por una emoción desagradable o molesta, anteriormente
se llamaba trastorno de identidad sexual, cuando se habla de un trastorno se
hace mención a una alteración en el funcionamiento de un organismo o de una parte
de este, ya sea en la psique o en la mentalidad de un individuo.
Entonces la disforia de género es una discordancia que
siente un individuo entre su sexo biológico, con el cual no se siente
identificado, ni propio, ni en su identidad de género.
Fernández (2014) menciona que:
Los signos más evidentes con la identificación del otro sexo aparecen más
tarde y de manera más gradual con un cuadro clínico en las primeras etapas ó en las etapas intermedias de la vida adulta
frecuentemente después de ó algunas veces junto al fetichismo travestista (p. 29).
Este autor menciona que podría existir cierto rechazo
tanto al físico como a la manera de vestir y emocional, no en todos los casos
existe este tipo de fetiche sexual.
Se ha escuchado cientos de veces en los medios
publicitarios acerca del género, roles de género etc., sin embargo entre el
género y el sexo existen diferencias muy obvias que pueden no llegar a
percatarse, puesto que se cree sexo y género es lo mismo solo que con un nombre
más técnico, sin embargo no es exactamente de esa manera.
El término género se introdujo en la ciencia después de
que hubiera aparecido un conjunto de investigaciones y reflexiones sobre la
condición social de las mujeres.
De Beauvoir (1949) expone que:
El género es una imagen de cómo se deben ver y ser las personas, la mujer
no nace, sino que se hace, se hace conforme el proceso de socialización. Es
importante reconstruir aspectos que parecen naturales en los seres humanos y
analizar el componente de género, que interviene en su elaboración, pues hay
una gran red de creencias, actitudes, sentimientos, conductas que se hacen
visibles en actividades humanas que
diferencian y categorizan de modo distinto al hombre y la mujer y se perpetúan
mediante un proceso de reproducción social (p.76).
Es decir no solo el rol que cada sexo debe tener, si se remarcara la
palabra debe, muestra una cantidad de
grandes obligaciones más que decisiones, por ello es que al realizar lo que se
debe hacer ya no es por “el qué dirán”, sino por la misma cantidad de creencias
que se le va atribuyendo al individuo de lo que es “normal” y “natural”.
Una visión relativamente cotidiana y sexista que expresa imágenes
más estereotipadas de las relaciones de género defendería cuestiones como las
que se exponen a continuación:
- Únicamente lo que tiene que ver con hombres sería
masculino. Solo se pueden considerar hombres a aquellos que tienen genitales masculinos, su construcción y
espacio en donde actúan se hace en el ámbito público, por naturaleza se
piensa que cuando los hombres actúan lo que les domina es la mente, sus
valores son de poder, son fuertes por naturaleza.
- Por tanto las mujeres, tienen que ver con todo lo
femenino, su ámbito es meramente el doméstico, sus impulsos los dominan
las emociones, su manera de responder es pasiva, son débiles.
En los últimos años se corrobora, por una gran cantidad
de estudios de género que el sexo y el género tienen una gran relación y se
retroalimentan continuamente.
Gastó (2006) señala que: “en vez de
considerar el sexo como algo determinado biológicamente y el género como algo
que se aprende culturalmente se deben considerar ambos fenómenos productos que
se configuran según una compleja interacción” (p. 25). De esta manera el autor explica que ambos son
una combinación importante puesto que el individuo también se desarrollará
dependiendo de las relaciones con las que interactué, para así tomar una
decisión.
Por otro lado García (2005) menciona que:
Podemos entender al género como el lugar en que se articulan, la estructura
social y las percepciones junto con los comportamientos, con las personas, como
una forma de funcionamiento, como un proceso de interacción entre niveles,
micro y macro social, por ello como un posible lugar de cambio y resistencias (p. 32).
El género abarca una gran cantidad de estructuras
sociales, es decir, todo lo que se aprende conforme se va desarrollando el
individuo, tendrá influencias de todo tipo, de un modo individual o ya sean en
conjunto con los otros miembros con los que llegue a relacionarse, aquí podrá
cambiar su modo de pensar, su ideología,
y su manera de vestir por ejemplo, independientemente de cómo le hayan
enseñado en casa.
Como ya mencionamos anteriormente el género, es una serie
enorme de constructos sociales que llevan a actuar de determinadas formas,
muchas veces sin importar lo que se haya atribuido cuando se era pequeño, sin
embargo en la primera infancia de la persona, aun se marcan definidamente los
roles que cada sexo, es decir, hombre y mujer deberán realizar.
Money (1972) señala que: “evidentemente el
establecimiento del núcleo de la identidad de género es un proceso de
aprendizaje, ya que tiene lugar mediante la interacción social” (p. 76). Como anteriormente se explica varios autores
mencionan que el género es cuestión de aprendizaje social, en donde el
individuo al relacionarse con diferentes personas y con diferentes maneras de
pensar, va adquiriendo nuevos constructos cognitivos.
Este autor también propone la relación sexo- género a
partir de la secuencia del desarrollo, sostiene que la forma en que se
relacionan lo innato y lo adquirido así como lo biológico y lo sociocultural
generan personas heterosexuales, u homosexuales, mediante un proceso de
diferenciación.
Vargas (2002) explica:
La socialización genérica como el pertenecer a una categoría social basada
en el sexo que busca construir sujetos femeninos y sujetos masculinos es una
situación compleja que hace referencia a una gran cantidad de aspectos. Para simplificar esa realidad se
ha recurrido a estereotipos sociales que categorizan a las personas según el
sexo, la edad y el estatus (p. 2).
Es decir, al construir un sujeto con cierto sexo ya sea
hombre o mujer, desde muy pequeño, mediante constructos sociales y cognitivos
es benéfico para el ámbito social, puesto que de este modo se puede notar que
el pertenecer a una categoría favorece al mercado de consumidores por ejemplo.
Los estereotipos genéricos definen los roles que son los
papeles que cada quien juega dentro de una sociedad.
Los roles sexuales definen comportamientos, habilidades,
capacidades maneras de pensar, se crean normal, reglas, prescripciones
(tareas), sistema de valores e
ideologías.
Los conceptos sociales de masculinidad y feminidad que se
construyen a partir de ellos son creencias generalizadas que comparten la
mayoría de las personas, que conforman una sociedad.
Vargas (2002)
menciona que:
Desde la infancia vamos adquiriendo
los estereotipos sociales basados en el sexo a partir de las imágenes de
relaciones entre el padre y la madre dentro del hogar, pero también de todos
los otros espacios donde participamos tales como la escuela, los grupos de
amigos y amigas, la universidad las religiones y el trabajo
(p. 4).
La
importancia de las imágenes de la madre y el padre son fundamentales para el
desarrollo inicial en los primeros años de vida del pequeño, puesto que es el
primer contacto social del individuo.
La división por géneros basada en la anatomía de las
personas, supone formas determinadas, consideradas frecuentemente como complementarias
y excluyentes, de sentir, de actuar, de ser. Sin embargo esto varía de acuerdo
a la cultura, la clase social, el grupo étnico y la edad.
El
papel genérico estereotipado es un conjunto de expectativas que el grupo social
arroja sobre la vida y futuro de una persona según Chávez (citado en Barrios
Martínez, y García Ramos, 2008, p. 13). Es decir la sociedad nos pide
comportarnos dependiendo de las reglas y roles ya establecidos sin tomar en
cuenta si esta quiere o no, por ello es que surgen sentimientos de culpa,
hostilidad y depresión.
Como ya se ha mencionado el sujeto desde que nace, puedo ser identificado por
observar su sexo biológico de acuerdo a
sus genitales, sin embargo en este momento no tiene conocimiento de su
desarrollo sexual, es entonces que de acuerdo a las normas y reglas
establecidas debe de comportarse y sentir como lo estereotipa su sexo.
Butler
(1997) menciona que el género:
No debe interpretarse como una identidad estable o un
lugar donde se asiente la capacidad de acción y de donde resulten diversos
actos, sino más bien como una identidad débilmente constituida en el tiempo,
instituida en un espacio exterior mediante una repetición estilizada de actos (p.
10).
Sin embargo
la mayoría de las veces se piensa que el género ya está establecido junto con
el sexo, y debe seguir pautas de comportamiento de acuerdo a si se es hombre o
mujer, y si las preferencias sexuales cambian existirá un rechazo por parte de
la sociedad, por ello es que los sujetos que no se sienten pertenecientes al
cuerpo en donde crecen continuamente, deciden iniciar un proceso de
reasignación de sexo.
Según Erickson (2005): “el modo psicosocial del
niño comprende la asimilación de los patrones somáticos, mentales y sociales
por el sistema sensorio motor, oral y respiratorio, mediante los cuales el niño
aprende a recibir y a aceptar lo que le es dado para conseguir ser donante” (p.
53). Es decir entonces la definición del concepto psicosocial es el conjunto de
patrones y acciones que el ser humano desde pequeño va aprendiendo mediante el
sistema sensoriomotor, adoptando este tipo de aprendizajes que pueden llegar a cambiar en la vida adulta
por la influencia de los demás grupos en los cuales se integre.
El
concepto de desarrollo psicosocial se refiere esencialmente a la interacción
que tiene la persona con su entorno,
dando como resultado cambios fundamentales en su personalidad.
Estos cambios en la personalidad del individuo
a su vez dependen de lo que Erikson
llama etapas o puntos de viraje (cambios cualitativos).
Cada
etapa que menciona está marcada por
ciertas crisis o una especial
susceptibilidad de la persona a algo. Todos los seres humanos pasan por estas
crisis debido a su desarrollo psicosocial.
Una
crisis está influida por el ambiente y puede ser positiva o negativa. La
positiva implica un crecimiento en las capacidades de la persona (su
personalidad) para interaccionar con su ambiente. La negativa manifiesta
una deficiencia en las capacidades de la persona para enfrentarse al ambiente.
Sin
embargo mucho se ha hablado de la transexualidad, transgénero y travesti,
pensándose que estos tres significan lo mismo, lo cual es totalmente erróneo
como términos, ya que son simples etiquetas que buscan encasillar a las
personas a pertenecer en una misma sociedad con ciertas reglas.
Por
ello se le dará a cada uno de estos tres términos una expliación:
El travesti tiene
una tendencia a vestir de la forma del sexo opuesto, normalmente no es tan necesario cambiar su género.
El transgénero se
identifica con el género opuesto y se somete a una transición social o médica
para pertenecer al sexo contrario.
El transexual
siente que ha nacido en un cuerpo equivocado y desea someterse a un cambio de
sexo por medio de cirugías.
Arribas
(2008) sostiene que:
La transexualidad no es el tercer sexo si no
que la persona se “siente” de un sexo u otro, y además, pretende vivir el día a
día con ese rol de género, bajo el conjunto de normas y prescripciones que
dicta la Sociedad y la Cultura y comportamiento femenino o masculino. Porque la
identidad de género es una construcción social y cultural, que es vivenciada
como necesario para el bienestar psicológico y social de la persona transexual.
A menudo en charlas informales y/o formales, en artículos de opinión, en periódicos;
revistas; programas de radio y televisión, en foros de Internet, etcétera, se
escuchan y leen opiniones que son verdaderamente hirientes para las personas
transexuales. No se respeta la diferencia, ni la realidad de muchas mujeres y
hombres transexuales y que también leen y escuchan estos comentarios.
Simplemente se falsea su realidad, se “ofende a conciencia”, hasta se
brutalizan las opiniones. Por tanto, las expresiones, gestos y signos de
transfobia por desgracia son constantes en la Sociedad y por este motivo, se
produce en demasiadas ocasiones su autoexclusión y su invisibilidad por miedo a
las represalias sociales y laborales. Esta transfobia puede destruir y encerrar
la identidad sexual de las personas transexuales, pudiéndoles llevar a procesos
de baja autoestima y autodestrucción, depresiones y suicidios. La sociedad
tiene miedo a lo desconocido y lo rechaza (p. 2).
De este modo, se entiende que las personas que
se sienten diferentes en tanto su cuerpo biológico, están más propensas a realizar
actos que afecten su integridad física por el miedo y las idealizaciones de los
demás, tornando su vida de una manera en la cual se sienten incomprendidos.
Por
ello es que en la actualidad existen una serie de procesos que mejoran lo que
la persona realmente quiere ser tanto físicamente como mentalmente, y estos
procesos son por ejemplo: operaciones de reasignación de sexo, procesos de
hormonación, terapias psicológicas, y sobre todo, la importante decisión de
realmente querer ser lo que se ha deseado desde pequeño, y que no se ha podido
realizar por ideales, estereotipos y constructos sociales que va adjudicando la
sociedad, como si todos fueran una copia de copias, intentando parecerse a lo
que se ha enseñado como ser un “macho” y ser una “dama”.
Un poco acerca del proceso de reasignación
de sexo
Las personas transexuales tienen la necesidad
de conseguir la reasignación al sexo opuesto.
Según los profesionales médicos: “el tratamiento hormonal juega un papel
importante en este proceso, que
idealmente debe suprimir los caracteres sexuales secundarios del sexo original
e inducir los del sexo opuesto
lo más completa y rápidamente posible”. Por esta razón, estos
profesionales apoyan la hormonación en cuanto antes. Y su asistencia necesita
de un equipo multidisciplinar ya que precisa de diversas intervenciones.
Arribas
(2008) menciona que:
El primer
paso de este proceso de transexualización, es la atención psicoterapéutica que comprende: la escucha
psicológica, realización de pruebas médicas, test de la vida real,
etcétera, esto durante el tiempo que fuera necesario, hasta obtener el informe del diagnóstico. En el caso
que el informe confirme la transexualidad, podría comenzar el tratamiento hormonal. La atención
psicoterapéutica especializada no finaliza en este momento, siendo aconsejable
que continúe a lo largo de todo el proceso, ya que la persona puede necesitar
en algún momento apoyo para sobrellevar posibles complicaciones sociales y/o
físicas.
El
profesional médico endocrino supervisará la hormonación, que es esencial para que se produzca el desarrollo de
los caracteres sexuales secundarios del sexo que se siente y que deberá
mantenerse el resto de su vida, ya que suplirá las hormonas que producía su
cuerpo y que después de las operaciones quirúrgicas ya no podrá producir.
Una vez
conseguidos los objetivos establecidos por los y las profesionales de la
psicología y/o sexólogo/a y los de la medicina (endocrino o endrocrina) durante
la hormonación, la persona transexual podrá si lo desea acceder a la cirugía de reasignación sexual (CRS) con lo que podrá
modificar su cuerpo adaptándolo al sexo que siente. Para realizar este tipo de
operaciones (CRS) es necesario contar con especialistas en ginecología,
urología y cirugía plástica.
Una vez
que el proceso se ha seguido y completado, se puede decir, que la persona
transexual habrá terminado su proceso físico y psíquico de transexualización.
No finaliza todo aquí, la persona transexual necesita dar un paso más, y es
realizar el cambio de nombre y sexo legal.
Según la
ley vigente actualmente que tiene por objeto regular los requisitos necesarios
para acceder a rectificación registral del sexo y el cambio del nombre se puede
solicitar este cambio en el Registro Civil (p. 4).
Este
proceso de reasignación de sexo es el más conocido, sin embargo se espera que
en unos años las operaciones quirúrgicas en tanto la construcción de pene en
los chicos transexuales (faloplastia) sea menos peligrosa y el pene sea
funcional y estético de un tamaño real que pueda producir espermatozoides, y en
el caso de las chicas transexuales, es más fácil la construcción de una vagina
(vaginoplastia), ya que se desconstruye el pene, para poder crear los labios
mayores y menores, sin embargo esta operación ya ha sido realizada y se busca
también que sea estética y funcional.
Conclusión
La
decisión de una persona al querer
cambiar su cuerpo con el que nació biológicamente, es meramente una cuestión de
responsabilidad y de vivirse plena y feliz, ya que cuando el sujeto se siente
identificado con su género y su cuerpo físico, es decir (cisgénero) puede
realizar lo que más le guste, en donde se encuentre, cabe mencionar que la
sociedad podrá o no rechazarlo debido a las ideología respecto a este tipo de
decisiones y situaciones.
Es
entonces que existe una gran diferencia entre lo que es el sexo y el género,
que aunque se nazca mujer, por el simple hecho de tener vagina, no es que se
deba ser mujer, es que más bien se aprende a como “ser mujer”, e igualmente con el varón, es decir con todos
los constructos sociales que se van formando, de generación en generación, sin saber
en realidad si el sujeto quiere que sea así o solo es para “encajar dentro de
la sociedad”.
Desde
la primera infancia el niño o niña va aprendiendo acerca de lo que le toca
jugar respecto a su sexo, es importante saber quién de los padres o qué miembro
de la familia estuvo cuidando y enseñando al niño o niña, así como el lugar, es
decir, el estado o el país en donde el sujeto fue creciendo, puesto que el
factor psicosocial es el más relevante en la decisión y de la reasignación de
sexo.
Y
es que finalmente en la actualidad existe una serie de cambios tecnológicos,
sociales, de política, reformas por aquí y por allá, pero realmente en cuestión
de sexualidad la ideología sigue siendo la misma de hace años, ¿Qué importa lo
que cada sujeto haga con su cuerpo y su vida? ¿Qué importa que las preferencias
no sean las que nos han ido enseñando desde pequeños por quedar bien con
familia y amigos? Importa más el sentirse feliz con lo que se quiere ser y luchar por ello que llevar y seguir las
reglas que han implantado para entrar en
este sistema social, para ser “una dama, una princesa, todo una mujer” o al
contrario, “un caballero, el hombre de la casa, el príncipe azul, simples
términos que no buscan más que consumismo,
vender ideas y formas de comportamiento estricto, ¿Por qué ser así? ¿Por
qué lo dicta la sociedad? ¿Acaso solo de este modo este sistema se
controla? Que si llegasen a romperse
todos estos estereotipos vistos y promocionados en televisión, novelas, y
libros ¿existirían aún más formas de poder ser felices?
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